sábado, 30 de abril de 2011

La Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. La influencia del Sistema Internacional en el proceso de formación de una nueva nación.


Una tarea para la clase de Teoría de las Relaciones Internacionales:

Este ensayo podría pecar de cometer “darwinismo internacional” con el punto que intentará dilucidar. Podría incluso ser tachado de parcial y subjetivo, de ver la historia desde el punto de vista de un Estado en particular. Pero de lo que no se le podrá acusar, es de no tener por lo menos una lógica argumentación sus aseveraciones. El objetivo de nuestro escrito en cuestión, es simplemente mostrar como el sistema internacional tiene un papel de mayor peso en el proceso de creación y consolidación de un nuevo Estado-Nación que los mismos factores internos del nuevo actor internacional. Si para poder mostrar lo anteriormente expresado, es necesario tomar partido por un país determinado, que así sea. Al final de cuentas, lo que buscamos no es cambiar la percepción que podamos tener sobre un evento en específico, ya que nuestro fin es generar conclusiones generales sobre casos que se puedan repetir.

La Triple Alianza, formada por el todavía Imperio del Brasil, la Confederación Argentina y el Estado Oriental del Uruguay, vencieron absolutamente a su enemigo, la República del Paraguay. Los 4 estados eran de reciente creación, con mucha inestabilidad interna, únicamente Brasil se encontraba en relativa calma gracias a la mano de hierro utilizada por el Emperador Pedro II. Pero Paraguay, a diferencia del resto de los países de toda la América Latina, “era la única experiencia exitosa de desarrollo independiente” (Galeano, 1973) en el subcontinente. El gobierno paraguayo llevaba a cabo una fuerte política económica proteccionista, contraria al libre mercado pregonado por sus países vecinos, los cuáles dependían fuertemente de las inversiones de los empresarios británicos.

Sin embargo, el funcionamiento llevado a cabo en aquellos años del Estado Paraguayo no pudo mantenerse: después de ser derrotado militarmente por la Triple Alianza, y con un nueva clase política que aplicó los postulados libre cambistas al frente del gobierno, Paraguay abrió su mercado y se endeudó con el más poderoso imperio del siglo XIX: El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. A pesar de que desde su declaración de independencia, Paraguay había aplicado en su economía una marcada intervención estatal, el actuar de los países colindantes y las ambiciones del Imperio Británico provocaron una guerra en la que Paraguay perdió territorio y a 5/6 de su población. El joven Estado Paraguayo tuvo que ceder ante las presiones de la comunidad internacional.

Cuando Paraguay se independizó de la corona española en 1811, el mundo pasaba por una intensa etapa de cambios. España perdía influencia mundial aceleradamente, la Francia napoleónica dominaba a la Europa occidental, los Estados Unidos consolidaban su independencia y el espíritu independentista permeaba a todos los países del continente americano. Pero sobre todo, estaba en pleno apogeo el período histórico llamado “Revolución Industrial”, que tuvo como epicentro a Inglaterra. Gracias a ello, Inglaterra pudo despegar económicamente y llevarle años de ventaja al resto de los países del mundo tecnológicamente hablando. Su poder aumentó grandemente con el derrumbe del Imperio Francés, al obtener mayor libertad comercial y de esa manera, expandir su mercado a todos los confines de la tierra.

Mientras tanto, en América del Sur, los nuevos Estados tenían que recurrir al crédito extranjero para poder financiar la reconstrucción de su infraestructura, la cual había quedado devastada por la lucha de independencia. En los países colindantes al Río de la Plata, la situación no era diferente: caminos deshechos, edificios destruidos y una economía destrozada era el escenario en común. Para salir de esta situación, tanto Argentina como Brasil y Uruguay, solicitaron enormes préstamos al Reino Unido, y adoptaron el libre cambio como fundamento de su economía. Todo esto les generó dependencia con el capital inglés, quien era el único que tenía la capacidad de invertir en sus territorios, apropiándose de las materias primas de esos países. Al momento en que estos surgieron, el sistema internacional en el que se hallaron inmersos no tenía un mecanismo preciso para ayudar al desenvolvimiento de las naciones recién independizadas, por lo que el camino que tomaron parecía ser el único disponible.

Sin embargo, un país no tomó el mismo patrón. Al centro de Sudamérica, un territorio que no poseía salida al mar, pero que estaba conectado al Océano Atlántico a través de la unión del Río Paraná con el Río de la Plata, había optado por una vía distinta de desarrollo. Ese país era Paraguay. Basándose en la supuesta soberanía adquirida a partir de la independencia, el Estado paraguayo decidió utilizar sus potestades para ser dueño del 98% del territorio nacional y no permitir el libre tránsito de buques extranjeros en sus ríos. Además, expropió la mayoría de la industria y también los bienes de la Iglesia Católica, con lo que pudo crecer cuantitativa y cualitativamente superior a cualquier otro país de toda América.

Pero su actuación no era bien vista por sus vecinos; tanto Brasil como Argentina observaban con recelo el continuo desarrollo de Paraguay. Al momento de nacer estas naciones, la competencia entre ellas era intensa, de carácter casi irascible, por lo que los 2 países prohibían frecuentemente a los navíos paraguayos el tránsito por los ríos que cruzaban su territorio respectivamente. Nada ni nadie los podía hacer cambiar de opinión, ningún ente externo tenía esa facultad, a pesar de que sus acciones afectaban enormemente al Paraguay. Solo el Uruguay permitía que las mercancías paraguayas llegaran al Océano Atlántico cruzando las afluentes orientales del Río de La Plata.

Al ver que a pesar de las dificultades que enfrentaba, Paraguay mantenía su ritmo ascendente, al no tener deuda externa y una industrialización galopante, contraria a la economía extractiva de materias primas de sus vecinos, Inglaterra temió que su ejemplo se mirara con agrado entre los países que dominaba. Poco antes de la Guerra de la Triple Alianza, se desató la Guerra de Secesión en los Estados Unidos, quien era el proveedor principal de algodón a las empresas inglesas. Ante esta situación, se buscó hacer contactos con el país que ocupaba el 2do lugar en producción algodonera, pero las negociaciones no fructificaron: dicho estado era Paraguay.
Un pequeño país rodeado de estados periféricos, cuya economía solo tenía el objetivo de enriquecer a la metrópolis, osaba rebelarse ante los deseos del Imperio Inglés. Ante dicha realidad, el Reino Unido no podía quedarse inmóvil, por lo que empezó a instigar a Paraguay a través de los futuros integrantes de la Triple Alianza para que abriera su economía y dejara de lado las medidas proteccionistas. Aunque joven, la República Paraguaya había tenido la fortaleza necesaria para soportar las presiones internacionales y seguir con su ruta independiente rumbo al desarrollo. Gracias a su aliado, el Uruguay, la economía paraguaya seguía creciendo y desarrollándose, por lo que a diferencia de los países colindantes a su territorio, Paraguay no tenía necesidad de comerciar con el gran Imperio Británico.
Dicha afrenta a su orgullo, no la dejó pasar Inglaterra: financió el derrocamiento del legítimo gobierno de Uruguay, así como la invasión del Imperio del Brasil al pequeño país costero. Al perder a su aliado, Paraguay estaría absolutamente bloqueado, lo que irremediablemente acabaría con su gran crecimiento. Como no había ninguna organización que pudiera alterar la decisión del Imperio Brasileño, pero sobre todo, como la anarquía del sistema internacional permitía al Reino Unido inmiscuirse en los asuntos de una región totalmente diferente a la suya, Paraguay solo tuvo una opción para poder mantener su independencia económica: declararle la guerra a Brasil y restituir al gobierno legítimo uruguayo.

Paraguay atacó al Brasil y se encaminó hacia Uruguay, pero para poder hacerlo tenía que atravesar una franja del territorio pampeño. Argentina le negó la autorización, por lo que la posibilidad de estar incomunicado se volvió un peligro real para la República Paraguaya. Ante esa situación, Paraguay también le declaró la guerra a Argentina. Lamentablemente, al estar en guerra con sus vecinos, Paraguay no pudo defender al Uruguay, que adoptó un nuevo gobierno de carácter servicial con Inglaterra y Brasil.

Finalmente, Paraguay perdió la guerra, y el desenlace fue terrorífico. El 90% de su población masculina adulta fue asesinada, perdió 160,000km2, y su incipiente industria destruida. Al mismo tiempo, Argentina, Brasil y Uruguay vieron destruidas sus ciudades, pero por lo menos los dos primeros incrementaron su territorio nacional con el despojo infligido a Paraguay. Quien resultó victorioso de la guerra fue el capital inglés: empresas británicas financiaron la guerra, y bancos del Reino Unido otorgaron empréstitos al ahora librecambista Estado Paraguayo. Con su territorio devastado, y con el peso de una enorme deuda externa, Paraguay quedó condenado a vivir en el subdesarrollo. El sistema internacional, dominado por Inglaterra, junto con sus aliados regionales, Argentina y Brasil, provocaron que el hasta entonces país más desarrollado de América, Paraguay, se convirtiera en una nación pobre y atrasada. La estructura del Sistema Internacional de mediados del Siglo XIX, encabezada por un Reino Unido imperialista, pesó más en la historia de la formación de Paraguay que su misma voluntad.

CONCLUSIÓN.

Definitivamente, el escenario al que se enfrentan las naciones de reciente formación y/o independencia, no es el más propicio para su desarrollo. Más allá de sus problemas internos, ya sean estos de carácter económico, político o social, el sistema internacional al que se integran parece estar diseñado para complicar aún más el proceso de estabilización y consolidación del nuevo proyecto nacional. Rivalidad con sus vecinos, ambiciones imperialistas de países más poderosos y la falta de una organización global fuerte que pueda coadyuvar a preservar su independencia, son dificultades incluso más difíciles de sortear que las asignaturas pendientes de cada Estado.

La Guerra de la Triple Alianza vs. Paraguay, es un claro ejemplo de lo anterior. Bajo el escenario de un continente no totalmente descolonizado, rodeado de un Brasil con claras intenciones expansionistas, un Uruguay desestabilizado y una Argentina que hace uso de una neutralidad más activa y provechosa que la militancia manifiesta, era cuestión de tiempo que sus diferencias escalaran hasta el peldaño del belicismo. Sumado al complicado escenario regional, la posición hegemónica del entonces Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda en toda la política internacional, pero particularmente entre los países limítrofes a la cuenca del Río de La Plata, se encontraba en franca contradicción con el deseo del Paraguay de no tener ningún vínculo tutelar con cualquier Estado ni mucho menos con un Imperio. Lamentablemente, es prácticamente imposible que una Entidad Soberana rodeada de Estados con vocación periférica pueda abstraerse del dinamismo económico regional, ya que el funcionamiento del sistema mundial termina imponiéndose a los deseos legítimos de soberanía económica de un país. El desenlace de la guerra y el posterior endeudamiento estratosférico de la República del Paraguay con el Imperio Británico prueban fehacientemente la declaración anterior.

Podríamos concluir esta breve disertación, afirmando que la continuidad de la existencia de los Estados de reciente creación (como el Paraguay de mediados del Siglo XIX), requiere de la mayor prudencia y habilidad política, al no existir alguna organización que pueda formalmente auxiliarlos en su objetivo de prevalecer, y al tener que negociar con las fuerzas mundiales hegemónicas.

martes, 12 de abril de 2011

Los spots de campaña de Ollanta Humala.

Para demostrar que la buena comunicación de Ollanta le permitió ganar la 1era Vuelta Electoral y convencer a más gente de que su Proyecto era el mejor para el Perú, les dejó 2 anuncios electorales que filmó. Son los del inicio y cierre de campaña.



lunes, 11 de abril de 2011

Las lecciones del peruano Ollanta Humala a la izquierda mexicana - Segunda Parte.



En la entrada pasada, se concluyó planteando el escenario desolador al que se enfrentaba el Comandante Ollanta Moisés Humala Tasso después de haber perdido la 2da Vuelta Electoral en Perú en el año 2006. Los medios de comunicación, impresos y digitales, continuaron con la campaña negativa en contra de Humala, incluso con más odio que en 2006 donde varios periodistas llamaron abiertamente a votar en contra del "chavista". La coalición con el partido de centro-izquierda UPP se rompió, sus dirigentes se arrepintieron publicamente de haber apoyado a Ollanta y llamaron a los congresistas electos de la alianza UPP-Partido Nacionalista Peruano (el partido de Humala) a abandonar al Comandante e integrarse como bancada representativa solamente de UPP, esto con el fin de tomar el papel de una "izquierda moderna y moderada". De ser la principal fuerza en el Congreso con 45 curules de un total de 130, 23 Diputados decidieron mantenerse en el PNP. Todos estos factores hicieron que, a mediados de 2007, el porcentaje de peruanos que se expresaban negativamente sobre Ollanta rebasara el 60%, es decir, si Ollanta decidía volverse a postular en 2011, tendría un antivoto inmenso que lo colocaba fuera de cualquier posibilidad de siquiera pasar nuevamente a la 2da vuelta electoral.

Ante la realidad tan poco alentadora que vivía Humala en esas fechas, es necesario anotar el por qué su figura generaba tanto rechazo. El simple hecho de ser militar es un lastre si se quiere convencer a cierto sector de la sociedad; al ser el candidato "más a la izquierda" del electorado fué inmediatamente comparado con Fidel Castro y Evo Morales. En Perú decirle a alguien que es de izquierda es equivalente en México a etiquetar a cierta persona como comunista, con todas las repercusiones que eso lleva. Además, el defender la soberanía del Estado sobre los recursos naturales, proponer cambiar el modelo económico neoliberal y derogar la Constitución de 1993 propuesta por Alberto Fujimori, generó pánico entre los estratos conservadores del Perú. Por otro lado, al proclamar abiertamente que los medios de comunicación operaban sin el cumplimiento de la ley, el cuál les exige ser verídicos en sus contenidos, se ganó el odio de los magnates de la comunicación, e incluso afirmaron que de ser Ollanta electo como Presidente, este eliminaría la libertad de expresión y de prensa. Sumado a lo anterior, tal vez envalentonado por el triunfo de la izquierda en casi toda Sudamérica, Humala admitió ser simpatizante del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez. A pesar de que el afirmó en reiteradas ocasiones estar en contra de la reelección indefinida y del modelo económico de Venezuela, la declaración que hizo y la foto con Chávez del año 2005, lo condujeron a una apretada derrota en la 2da vuelta, con las consecuencias ya mencionadas.

A pesar de todo lo calumniado que había sido, lo primero que Ollanta decidió fué no retirarse de la política. Desde el 2007, se dedicó a recorrer el Perú, a conocer sus más recónditas poblaciones y observar directamente sus carencias. Durante ese peregrinar, Humala sumaba a más gente al Partido Nacionalista y contactaba con fieles seguidores que, aunque desanimados, seguían confiando en su persona. En el Congreso, los Diputados Nacionalistas actuaron consecuentemente con sus principios y votaron en contra de cualquier medida que consistiera en entregar al extranjero los recursos naturales de Perú. El gobierno de Alan García respaldó las prácticas de las empresas gaseras, que vendían el gas más barato a los chilenos que a los mismos peruanos. Simultáneamente, se promovía la inversión extranjera con entusiasmo, aunque la única que llegaba a Perú era de carácter extractivo, mineras con meras intenciones de enriquecerse pero sin pensar en ayudar a los peruanos. Este modelo neoliberal provocó que Perú creciera a una tasa promedio de 6% durante los primeros 4 años de gobierno de Alan García. El modelo logró sacar a muchas personas de la pobreza, pero los que no lo hicieron, cada vez se empobrecían más y las desigualdades sociales eran acentuadas de manera acelerada. No conforme con ello, la delincuencia comenzó a crecer constantemente, teniendo como resultado que Perú sea el principal productor de cocaína en todo el planeta. Por si esto no fuera suficiente, la Presidencia de Alan García se vió manchada por acusaciones de corrupción. Pero a pesar de todas esas cosas, el antivoto contra Humala seguía siendo numeroso, mientras que la cantidad de peruanos que en las encuestas manifestaban su deseo de ver a Ollanta como Presidente se reducía conforme pasaba el tiempo.

Partiendo del punto de que no bastaba para ganar la Presidencia con organizar a sus seguidores en el Partido Nacionalista Peruano, Humala salió al mundo. De 2007 a 2010, viajó a Europa, donde se encontró con la comunidad peruana de Madrid, España e intercambió puntos de vista e inquietudes. Además, se alejó de Hugo Chávez y se acercó al entonces Presidente de Brasil, Lula da Silva, inscribiendo a su partido, el PNP, en el Foro de Sao Paulo creado por Lula en 1991, organización que agrupa a diversos partidos de izquierda de América Latina. Dicho aproximamiento fué tal, que Ollanta acompañó a Lula en los festejos por el triunfo de la candidata del Partido de los Trabajadores, el partido en el gobierno, Dilma Rousseff, en las elecciones presidenciales de 2010. Pero esto no fué todo: Ollanta dejó de usar la usual playera roja, relacionada con Chávez, y comenzó a portar con mayor frecuencia saco y corbata. Este cambio de imagen le permitió participar en actos con empresarios, en el cual les expresaba que su proyecto "nacionalista" no se oponía a la existencia de la propiedad privada y el mercado. Y aún así, Ollanta se ubicaba en las últimas posiciones de las encuestas electorales. Parecía ser que sus mejores tiempos habían pasado.

Fué así como llegó finalmente al año 2011. Consolidado su partido, el PNP, pero sin ocupar casi cargos públicos, cohesionada su bancada y un deseo sincero de enmendar los errores de 5 años antes, Ollanta Humala se volvió a postular para la Presidencia de Perú. En esta ocasión, había logrado alianzas con partidos meramente testimoniales de la izquierda extra parlamentaria, elaborando una lista de candidatos al Congreso donde figuraban sindicalistas, ecologistas, académicos, líderes sociales, diputados nacionalistas aspirantes a la reelección e incluso marxistas que en 2006 hablaron pestes de Ollanta. A dicha coalición se le denominó "Gana Perú". Pero aún así, la campaña no pintaba nada bien en Enero de este año: Ollanta apenas poseía el 9% de las intenciones de voto.

Sin embargo, por esas mismas fechas, se publicó una encuesta de la Universidad Católica que arrojó datos profundamente interesantes: A pesar del crecimiento económico, el 77% de los peruanos quería algún tipo de cambio en el modelo, y 36% pedía cambios radicales. Pocos fueron los que analizaron estos datos con la atención que merecían. El APRA, el partido en el gobierno, al defender el modelo neoliberal, podía aspirar a tener el 23% de los votos, ya que solamente ese porcentaje deseaba mantener el neoliberalismo vigente. Los candidatos opositores, se pelearían ese 77% del electorado que deseaba algún cambio. Para sorpresa de todos, la candidata del APRA, la ex Ministra de Economía Mercedes Araoz, declinó su candidatura por no estar de acuerdo con la lista de candidatos a Congresistas que presentó el Partido Aprista, ya que se incluía a políticos acusados de corrupción. De esta manera, el voto de los conformes con el gobierno se dividió entre la oposición, lo que provocó que las diferencias entre los 4 candidatos primeros en las encuestas fueran muy chicas, como lo eran en sus planes de gobierno. Ollanta Humala, que se ubicaba en 5to lugar, era descartado por todos los analistas de los grandes medios de comunicación. Sin embargo, el Diario "La Primera" publicó un análisis donde se afirmaba que 0llanta pasaría en 1er lugar nuevamente a la 2da vuelta electoral. Tomando en cuenta que el 36% de los peruanos querían cambios radicales en el modelo económico, y que solamente Humala era el que planteaba modificar el modelo, su potencial de votos era ese 36% de inconformes, que de apoyarlo, lo pondrían en 1er lugar.

Fué así como convencido de esa situación, Ollanta comenzó una campaña alegre, intensa, de volver a recorrer todo el país. A diferencia de hace 5 años, ahora hablaba más de propuestas concretas, como "Pensión 65" para todos los adultos mayores de esa edad, elevar el salario mínimo, guarderías gratuitas para madres solteras en "Cuna Más", atención médica inmediata con el "SAMU", diversificar la economía apoyando con créditos a los emprendedores nacionales y creando un impuesto a las sobreganancias mineras. Además, era el candidato que más hacía énfasis en castigar la corrupción, proponiendo la imprescriptibilidad de ese delito; por otro lado, proponía crear un servicio policíal voluntario para combatir a la delincuencia. Todas esas ideas lo hicieron crecer a un 12% en las encuestas de Febrero, pero eso no era suficiente. Fué entonces cuando se dió a conocer la noticia que marcaría la campaña: Wikileaks reveló que funcionarios del gobierno del entonces presidente y ahora candidato a la reelección, Alejandro Toledo, y Ministros del gobierno de Alan García, habían solicitado en 2006 a la Embajada de los Estados Unidos que operara para impedir que Ollanta ganara las elecciones presidenciales de ese año. Toledo, que se ubicaba en 1er lugar en las encuestas, comenzó a caer, al comprobarse que las denuncias de intervencionismo estadounidense que hacía Humala eran verdaderas. Ollanta alcanzó entonces el 14%, casi empatado en el 4to lugar con el ex Alcalde de Lima, Luis Castañeda, que tenía 15% de apoyo. Aún así, Ollanta afirmó que las encuestas no reflejaban la realidad de las cosas, que el en los pueblos que recorría observaba como el apoyo a su persona crecía rápidamente y que por ello estaba seguro de ganar.

Para Marzo, la campaña electoral se convirtió en una guerra sucia entre los 4 punteros: Se acusó a Toledo de gastar presupuesto público durante su gobierno en comprar whiskey para sus parrandas en el avión presidencial y de consumir cocaína; a Castañeda se le denunció por corrupción durante su período como Alcalde de la Capital; Keiko Fujimori, la hija del expresidente Alberto Fujimori, se le reprochó que su educación en Estados Unidos fué pagada con presupuesto público y de querer sacar de la cárcel a su padre; a Pedro Pablo Kuczinsky (PPK), Ministro de Economía con Toledo, se le cuestionó el por qué no renunciaba a su doble nacionalidad estadounidense y se dudó de su integridad como Presidente al haber sido asesor de empresas internacionales. Pero todos ellos compartían algo: Tener parejas extranjeras. Toledo casado con una belga, PPK con una estadounidense, al igual que Keiko con un norteamericano, mientras que Castañeda tenía como pareja a una ecuatoriana. De ganar cualquiera de los 4, la Primera Dama (o Primer Caballero) sería extranjero nuevamente. Desde 1990, era extranjera la Primera Dama de Perú; la esposa de Fujimori era japonesa, la de Toledo belga y la del actual Presidente, Alan García, era argentina.

En medio de todas esas descalificaciones personales, la figura de Ollanta creció aceleradamente: Casado desde hace 14 años con la nacida en Lima Nadine Heredia, de apenas 34 años (Ollanta tiene 48), padre de 2 niñas y de un niño nacido en diciembre, su familia era el prototipo de la familia peruana. La imagen de militar duro que tenían los peruanos sobre Ollanta, comenzó a suavizarse al conocer su faceta como padre de familia. Pero sobre todo, el no tener acusaciones sobre corrupción ni ligas con criminales, lo diferenció del resto de los candidatos. Para esas fechas, todas las encuestadoras anunciaron algo increíble: el antivoto de Humala había disminuido radicalmente. De ser rechazado por el 60% de los electores en 2007, ahora el porcentaje era de 27%, igual que el de Keiko Fujimori. Cada vez menos peruanos tenían una opinión negativa de Ollanta.

Pero todos esos factores (propuestas aceptadas por la población, integridad personal y deseo de cambio de gran parte de la gente) no hacían que Humala subiera al primer lugar de las encuestas. Faltaba algo, que al final brilló por grandeza: su eficiente comunicación. Reconocido por todos los analistas, sus spots de campaña fueron los mejores, ya que no solo se apelaba al sentimiento de cambio de los peruanos, si no que también se argumentaba el por qué era necesario cambiar. Ollanta tocó el tema de los 500 niños muertos de frío en la sierra durante 2010, diciendo que ningún funcionario público fué despedido por ello, cuando debería de ser ese dato causa de verguenza para todo el país. Dijo que si bien Perú había crecido, el crecimiento económico solo lo habían disfrutado muy pocos, cuando debería de ser vivido por todos los peruanos. Y su lema, "Honestidad para hacer la diferencia", clarificaba que solo con un Presidente honesto Perú podría cambiar, y que el era ese Presidente.

Para finales de Marzo, las encuestas por fin lo colocaron en 1er lugar, en un rango que oscilaba entre el 23 y el 28% de apoyo, dependiendo de la encuestadora. Con ese ritmo ascendente se llegó al día de la elección, 10 de Abril, con resultados impresionantes: Ollanta Humala obtuvo el 32% de los votos, seguido de Keiko Fujimori con 23%. PPK se estancó en el 19%, Toledo con 15% y Castañeda con solamente 10%. El milagro había ocurrido, Ollanta no solo pasó nuevamente a 2da vuelta, si no que otra vez lo hizo en primer lugar. En 2006, había recibido 3,758,258 votos, ahora lo apoyaban 4,415,836 peruanos. También en el Congreso su partido aumentó su fuerza, por que de ganar 45 curules en 2006 en la alianza UPP-PNP, el Partido Nacionalista Peruano en 2011 alcanzaba 49 Diputaciones.

La 2da Vuelta Electoral se llevará a cabo el Domingo 5 de Junio. Es probable que Keiko Fujimori derrote a Humala, ya que a ella la respaldarán los grandes intereses económicos y los candidatos Luis Castañeda y Pedro Pablo Kuczinsky,además de que posee una importante presencia en el sector denominado "popular". Ollanta puede ganar si continúa con su mensaje de cambio incluyente, demostrando que su plan de gobierno no frenará el crecimiento económico que vive Perú, si no que lo consolidará. Además, el rechazo al Fujimorismo que encarna Keiko es mayor que el que existe hacia el nacionalismo, hasta Mario Vargas Llosa confesó que estaría considerando votar por Ollanta pero nunca por Keiko. Aunque perdiera la 2da vuelta, los resultados de la elección son un éxito rotundo para Humala. El hecho de tener más apoyo a pesar de toda la campaña sucia mediática de la que ha sido víctima desde 2006, refleja que las razones, la autoridad moral y claro, una buena comunicación, pueden acabar con los miedos provocados entre la gente por los poderes fácticos.

Concluyo diciendo que el 2do triunfo en Primera Vuelta de Ollanta Humala prueba que López Obrador tiene posibilidades reales de alcanzar la victoria electoral en 2012. Los 2 fueron linchados mediáticamente en 2006, lo que generó un rechazo profundo a sus personas. Ambos cometieron errores garrafales, como tomarse una foto con Hugo Chávez o bloquear el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, fueron boicoteados por sus antiguos aliados (UPP renegó de Humala y la directiva del centro-izquierdista Partido de la Revolución Democrática acusa a AMLO de ser autoritario), mientras que todas las encuestas los ubicaban/ubican lejos de alcanzar la Presidencia (Ollanta estaba en 5to a inicio de la campaña, AMLO está en 2do). Pero así como los 2 cometieron errores, también tienen aciertos: Ollanta prefirió crear un partido nuevo, el PNP, que insistir en su alianza con UPP con el fin de sumar gente que no cree en los partidos tradicionales, AMLO ha preferido consolidar el Movimiento de Regeneración Nacional que rescatar al PRD; Humala se puso traje y corbata y se acercó a los empresarios, López Obrador ha comenzado a platicar con ese sector; Ollanta presentó un Proyecto de Nación fruto de consultas en todo el país, Andrés Manuel acaba de presentar su Nuevo Proyecto de Nación. Lo que le falta a AMLO es algo que Humala hizo muy claro: Desmarcarse de Hugo Chávez y mejorar su comunicación. El Comandante Ollanta nunca calificó a Chávez de dictador o demócrata, argumentando que el no es nadie para opinar sobre asuntos internos de otro país, pero si dijo que el modelo venezolano no es aplicable a Perú, cosa que López Obrador no ha hecho. En la difusión, Ollanta dió a conocer su figura como padre de familia y de político incorruptible, explicó su programa de gobierno y se esmeró en crear la imagen de que solamente el podría acabar con la inseguridad y disminuir las desigualdades sociales. AMLO tiene todas las cualidades que Humala le dió a conocer a los peruanos, pero debe de hacerlo con mejor difusión. Desde hace 1 año, publicó el periódico de su Movimiento, "Regeneración" y publica videos semanales en Youtube, pero no es suficiente. Eso si, han mejorado con respecto a 2006 sus mensajes.

Para finalizar este artículo, creo que es necesario decir que pasó con el partido de centro-izquierda "Unión por el Perú". Después de romper con Ollanta, UPP decidió apoyar a la alianza "Solidaridad Nacional" de Luis Castañeda, ex Alcalde de Lima, la capital de Perú. Para su mala suerte, Castañeda solamente obtuvo un 10% de los votos y quedó en 5to lugar. Un resultado similar le espera al PRD si su directiva no apoya a López Obrador. ¿Mi pronóstico para la 2da vuelta en Perú? El Comandante Ollanta le gana a Keiko con más del 58% de los votos. Ya lo verán.

domingo, 10 de abril de 2011

Las lecciones del peruano Ollanta Humala a la izquierda mexicana - Primera Parte.



Soy de las personas que creen que para probar algo, no solo se debe de tener argumentos lógicos y coherentes, si no que también es necesario basarse en la experiencia. Al mismo tiempo, creo que Andrés Manuel López Obrador puede volver a ganar las elecciones presidenciales en el año 2012.

Cada vez que asevero lo anterior, me encuentro solamente con 2 reacciones extremas: reprobar tajantemente esa idea o aplaudirla efusivamente. Nunca he conversado con una persona que tenga una opinión moderada sobre el tema. La posible o imposible victoria de AMLO en 2012 genera opiniones radicalmente opuestas. Y cuando debato el tema, me encuentro en el escenario de que todo lo expresado son conjeturas, ideas enlazadas con base en prejuicios personales. Al no tener un antecedente similar en México al de la figura de López Obrador, no se puede recurrir a la historia nacional para tomar una posición.

A pesar de ello, el convencimiento de los que aseguran que Andrés Manuel perderá las elecciones del próximo año, se basa en hechos concretos. Se arguyen muchas razones, pero la que es más frecuente escuchar es la que hace referencia al plantón del Paseo de la Reforma, en el que después de las elecciones del 2 de Julio de 2006, López Obrador instaló un campamento a lo largo de la principal vialidad de la capital del país. Los "antipejistas" afirman que esa acción, sumada a su mera figura y discurso, acabó políticamente con el político tabasqueño. Los menos recalcitrantes, sostienen que si no lo borró del escenario electoral, si provocó que para 2012 su victoria esté descartada. A ellos solo tengo algo que decir: Tienen mucha razón.

No creo que AMLO tenga nulas posibilidades de ganar el próximo año, pero estoy conciente que el plantón le restó mucha fuerza a su movimiento. Más allá de que si la acción era vista en ese momento como la única capaz de mantener viva la resistencia contra el fraude electoral, los resultados negativos sobre la figura de Andrés Manuel son reales. Sin embargo, si esto es suficiente para decir que AMLO perderá, entonces se podría contestar que como las propuestas de "El Peje" son las más aceptadas, nomás por ello ganará. Ambas posiciones se basan en conjeturas que al final no clarifican el escenario del obradorismo en Julio del 2012, ya que no se cuenta con un ejemplo parecido que pueda sentar precedente... al menos en México. Lo que pretendo con esta entrada, es intentar probar que AMLO puede ganar, basándome en la experiencia del ganador de las primeras vueltas electorales en 2006 y 2011 en Perú: Ollanta Humala.

México y Perú tienen grandes similitudes. Antes de la llegada de Colón a las Bahamas, fueron cunas de grandes civilizaciones, como la Azteca y la Maya en México, o como la Inca en el Perú. Los 2 países están orgullosos por su cultura, tienen muchos recursos naturales y una impresionante biodiversidad. Pero al mismo tiempo, tienen una enorme cantidad de pobres y una profunda desigualdad social. Las similitudes son tantas que los dos líderes históricos de su respectiva izquierda (Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en México y Víctor Raúl Haya de la Torre en Perú) han ganado las elecciones presidenciales, sin embargo sufrieron fraude electoral. Pero la semejanza en la que este artículo se centra, es sobre la existente entre Andrés Manuel López Obrador y Ollanta Moisés Humala Tasso.

Pero antes tenemos que hacer un poco de historia. ¿Quién es Ollanta Humala?

El Comandante Humala, es un militar retirado que en el año 2000 intentó derrocar al moribundo gobierno de Alberto Fujimori, cuyo régimen se caracterizó por su acendrado neoliberalismo y por haber derrotado a los grupos guerrilleros "Sendero Luminoso" y "MRTA", con violaciones de derechos humanos en el proceso. La revuelta de Humala fué acallada rápidamente y él enviado a la cárcel, pero al caer Fujimori, fué amnistiado por el Presidente Interino, Valentín Paniagua. En 2001, estudió una Maestría en Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Para el año 2003, el nuevo Presidente, Alejandro Toledo, lo envió como agregado militar de la Embajada Peruana a París, Francia, y posteriormente, a Seúl, Corea del Sur. Sin embargo, en 2004 fué pasado al retiro. A partir de entonces, comienza la meteórica carrera política de Ollanta Humala. En 2005, regresa a Perú y funda al "Partido Nacionalista Peruano" (PNP), que por ser creado un año antes de las elecciones presidenciales de 2006 no podía competir en la elección de acuerdo con la ley. Es entonces cuando el partido de centro-izquierda "Unión por el Perú" (UPP) lo invita a ser su candidato presidencial y a elaborar una lista de candidatos comunes para el Congreso Nacional, formada por miembros del UPP y el Partido Nacionalista. El UPP fué fundado en 1994 por el ex Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, quién postuló a la Presidencia en 1995, pero fué derrotado por "El Chino" Fujimori. Después de la elección, UPP perdió notoriedad y disminuyeron drásticamente sus votos. Pero en 2006, gracias a la popularidad de Humala, UPP regresó a los primeros planos de la política peruana, al convertirse en el partido con la bancada parlamentaria más amplia (43 Diputados de 130). Por otro lado, Ollanta ganó la 1era vuelta electoral con el 30% de los votos válidos. En 2do lugar, con 24% quedó ubicado el ex presidente Alan García, candidato del Partido Aprista Peruano, de innegable raigambre popular y fundado en la década de 1920. Lourdes Flores, del Partido Popular Cristiano, obtuvo 23%, quedando casi empatada con el candidato aprista. Para la 2da vuelta, Ollanta fué blanco de una campaña agresiva, de una guerra sucia feroz en la que se le atacaba de querer implantar un gobierno como el de Hugo Chávez de Venezuela. A pesar de que el primer gobierno de Alan García (1985-1990) es considerado por muchos peruanos como "el peor de toda la historia" por la altísima inflación y el fortalecimiento de la guerrilla, Ollanta Humala no ganó la 2da Vuelta Electoral. Alan García fué respaldado por las grandes trasnacionales, traicionando los principios anti imperialistas de su partido, lo que lo llevó a ganar la elección con un 52.5% de los sufragios, mientras Ollanta se quedaba en la orilla con un 47.5%. La campaña negativa en su contra fué efectiva, a pesar de que al inicio de la 2da vuelta encabezaba todos los sondeos.

Sin embargo, las malas noticias para Ollanta no pararon. Después de la instalación del Congreso y la asunción de Alan García, UPP renegó de su figura y los líderes del partido afirmaron que "aliarse a Ollanta fué lo peor que pudieron haber hecho". La bancada UPP-PNP se dividió y el fin del nacionalismo se anunció por todas partes. No conforme con ello, los medios de comunicación recrudecieron su campaña mediática contra Humala a pesar de que la elección ya había terminado, aislándolo cada vez más de la política nacional. Para el año 2007, el escenario era terrible: Vetado de las televisoras, repudiado por más del 60% de la población, sin cargo público alguno y al frente de un naciente partido cuya representación legislativa había sido severamente disminuida, la figura de Ollanta Humala se encontraba al borde de la desaparición.

5 años después, a pesar de tener todo en contra, Ollanta volvió a ganar la 1era Vuelta Electoral, con más votos y mayor porcentaje que en 2006. ¿Que fué lo que hizo? Eso se verá en la 2da parte de esta entrega.

sábado, 9 de abril de 2011

Indígenas Urbanos: El Mercado de Artesanías de la Ciudad de México.



Aprovechando mi ida al DF a la presentación del Nuevo Proyecto de Nación de Andrés Manuel López Obrador, fuí al mercado de artesanías de la Ciudad de México, con el objetivo de comprarle recuerdos a mi familia. El único objetivo que perseguía era quedar bien, ya que siendo sinceros, las artesanías no son particularmente de mi agrado, aunque eso no signifique que me causen malestar. Digamos que simplemente no están dentro de mis gustos.

Con este pensamiento fuí al mercado, disfrutando la caminata desde mi hotel ubicado en el Centro Histórico. Iba acompañado de otros compañeros, por lo que la plática atenuó la distancia. Al llegar al lugar, no ví cosas que no me esperara: rebozos, juguetes, bolsas, joyería y cristalería era lo que abundaba en el conjunto de locales. A pesar de la cantidad de productos a ofrecer, ninguno podía alcanzar la combinación de calidad y bajo precio que buscaba. Al ser el mercado un atractivo eminentemente para turistas, los precios de los productos estaban considerablemente elevados. Continué recorriendo el mercado, hasta que llegué hacia la parte posterior del mismo. Ahí, después de atravesar los pasillos que dividen los puestos, hay un estacionamiento pequeño. Al pasar el estacionamiento, las construcciones edificadas no eran las de un mercado de artesanías, si no las de un pueblo rural. Unas 5 casitas coloridas, gallinas, fogones encendidos al aire libre, niños sin pañales y señoras indígenas mayores de edad hablando en su lengua, dibujaban un escenario bastante diferente al que me imaginaba. Exceptuando el cuarto de fundición donde se elaboraba la cristalería, que estaba anexo al cuarto de herrería y orfebrería, me percaté que muchos de los indígenas que hacían las artesanías o atendían a los clientes en los locales, vivían en el terreno del mercado y de manera impactante, recreaban su lugar de origen. Regresé con los compañeros, quienes disfrutaban el sabor de unas cervezas en una fonda ubicada en el centro del mercado y compré una bolsita bordada a mano para mi hermana menor, dando por finalizada la visita al mercado de artesanías.

La enseñanza que me dejó esta anécdota, es que es mentira que los indígenas no puedan convivir con los originarios de las ciudades. Lo que ví fue que los indígenas buscarán recrear el ambiente en el que crecieron, donde se sienten más cómodos, pero realizarán actividades que les permitan vivir en la ciudad. Comunidades de este tipo son las que tienen que promover los gobiernos de los territorios urbanos para evitar el hacinamiento de la migración indígena-rural en las ciudades, logrando preservar la identidad cultural de los migrantes y mantener ordenado el crecimiento demográfico.