viernes, 20 de marzo de 2015

México, el país de las rebeliones incompletas.


Esta semana el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, en voz de la académica Linda Manzanilla, publicó un nuevo estudio que arroja una interesante hipótesis acerca de la decadencia de Teotihuacán, una de las civilizaciones más esplendorosas que se asentaron en el Valle de México antes de la conquista española.

De acuerdo a este estudio, Teotihuacán era gobernada por una élite política que actuaba de forma corporativa, en la cual todos los integrantes de la misma tenían el mismo rango de importancia y solamente se diferenciaban por su labor, más no por rango jerárquico, es decir, no había un Rey, un monarca único. Ésta élite aunque gobernaba la ciudad, dejaba las labores diarias a un grupo de administradores, los cuales tenían los distintos barrios de la misma bajo su control. Estos administradores hacían las veces de empresarios y buscaban importar productos de regiones alejadas de Teotihuacán, enfrentándose a los controles de la élite política, hasta que finalmente dicho enfrentamiento condujo a la decadencia de la ciudad y la terminó debilitando a tal punto que otros grupos étnicos pudieron saquearla a voluntad.

Muchas reflexiones se pueden hacer a partir de este estudio, pero el objeto de este escrito es hacer una serie de comparaciones históricas, las cuales conducirán a la conclusión de que México es un país de "rebeliones incompletas".

Entrando en materia, es interesante ver como el sistema económico que existía en Teotihuacán tenía ciertos paralelismos con el feudalismo de Europa. Así como en el viejo continente la tierra era propiedad del señor feudal y los trabajadores de la tierra eran siervos, algo así pasaba en Teotihuacán pero con una importante diferencia: la tierra era de la ciudad-Estado, no de un noble en particular, aunque los campesinos tenían un trato similar al de los siervos europeos (trabajan la tierra y recibían como pago parte de su producto, pero todo tenían que dárselo al señor feudal). Es así como la élite política teotihuacana era el equivalente a la nobleza europea, al tener ambas como sustento el control de la tierra y del ejército, contando con el respaldo del clero. 

Lo curioso de esto, es ver como ambas sociedades, tanto la feudal europea como la teotihuacan, generaron una incipiente burguesía. En Europa fueron los mercaderes independientes quienes gracias al comercio comenzaron a acumular riqueza, y ante sus deseos de adquirir más derechos políticos y menos regulaciones económicas por parte del Estado, decidieron rebelarse al control del Estado absolutista y desencadenaron las revoluciones burguesas, siendo la más representativa la francesa de 1789. Pues bien, en Teotihuacán el germen de la burguesía se generó desde el Estado. Los administradores de los barrios aprovecharon su posición y se convirtieron en comerciantes y contribuyeron a la expansión de esta civilización. Mientras la nobleza utilizó al ejército para expandirse, los administradores hicieron crecer a Teotihuacán con el comercio, encontrándose su influencia en otras civilizaciones tan alejadas como la maya. Aquí es dónde podemos encontrar que México es un país de rebeliones frustradas: mientras en Europa los burgueses si lograron derrocar a la nobleza y asumir ella misma el control del Estado, aquí los administradores convertidos en burgueses no lograron derrotar a la élite teotihuacana. Ante el empate surgido entre ambas clases sociales, Teotihuacán cayó en la decadencia por los conflictos internos (como Roma). Finalmente, no queda claro a que bando apoyó la masa campesina, si a los nobles o a los administradores, caso contrario a lo que pasó en la Revolución Francesa, en la cual todas las clases excluidas del poder político se unieron en contra de la nobleza.

Revisando la historia nacional, se observa que la rebelión incompleta es una constante: los independentistas no lograron derrotar a los Virreyes, solamente se pudo lograr la Independencia una vez que una parte del ejército colonial se unió a los independentistas; los liberales no pudieron derrotar a Maximiliano hasta que Francia le retiró su apoyo; los revolucionarios no expulsaron a Porfirio Díaz, el dictador dejó la Presidencia por que él prefirió evitar más derramamiento de sangre y aminorar la destrucción del país, Cuauhtémoc Cárdenas y el Frente Democrático Nacional pusieron en jaque al régimen de partido de Estado derrotándolo en las urnas pero no pudieron frenar el fraude electoral, Vicente Fox ganó la Presidencia con contundencia pero no se desmontó el régimen construido por el PRI durante 70 años, etcétera. 

En conclusión, debido a que sus rebeliones nunca han salido totalmente triunfantes ni totalmente derrotadas (desde tiempos prehispánicos como en Teotihuacán), México es el país que mejor representa la conocida frase de Gramsci: "El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos".

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/03/18/choque-de-clases-habria-colapsado-a-teotihuacan-6671.html