jueves, 15 de noviembre de 2012

Los Estados Unidos de América ¿Una Democracia, o una Plutocracia?

Con la finalización del proceso electoral en Estados Unidos, cuyo resultado final fue la reelección de Barack Obama como Presidente, las voces críticas en torno al sistema electoral estadounidense, único en todo el mundo, volvieron a alzarse como ya es costumbre cada 4 años. Entre las muchas críticas que se le hacen se pueden encontrar desde la tradicional que denosta la elección indirecta del Presidente, ya que los votos de los estadounidenses no van directamente al candidato que apoyen, sino a la elección de delegados al Colegio Electoral los cuales son los que realmente eligen al candidato ganador, hasta la más actual que cuestiona el alto costo de las campañas presidenciales. Y es ahí donde radica el cuestionamiento de fondo al sistema político estadounidense, que, aunque presuma de ser democrático, se encuentra muy lejos de serlo.

¿Es verdaderamente democrático el sistema político que rige en Estados Unidos? Los fundadores de ese país ¿Realmente buscaban establecer la democracia en las 13 Colonias Inglesas de América? ¿O su verdadera intención al luchar por la independencia era proteger sus intereses económicos? En la historia oficial de los Estados Unidos, a los personajes que liderearon la revolución contra el Reino Unido, que firmaron la Declaración de Independencia o redactaron la Constitución Política de 1787, se les conoce como “Los Padres Fundadores”, los “Founding Fathers of the Nation” en inglés. Dentro de estos individuos, los más conocidos son George Washington (primer Presidente de los EEUU y quien sale en los billetes de 1 dólar) Benjamin Franklin (inventor que aparece en los billetes de 20 dólares) y Thomas Jefferson, tercer Presidente de los Estados Unidos, principal redactor de la Constitución y el personaje histórico que aparece en los billetes de 2 dólares. Sin embargo, existen 3 Padres Fundadores cuya forma de pensar es poco desconocida por la población, debido a sus polémicas creencias. Esos “Founding Fathers” fueron John Jay, James Madison y Alexander Hamilton.

Estos personajes, contrario a lo que se pudiera pensar, no eran partidarios de la democracia. Por el contrario, defendían al régimen que ellos denominaban “Republicano”. Para ellos, la República consistía en un gobierno civíl que buscaría el bienestar de todos, pero solamente debían participar en el los propietarios. Aunque parezca exagerado, los Fundadores de los Estados Unidos lo reconocían abiertamente, como Hamilton quien declaró que el pueblo “era una gran bestia” que debía ser domada a través de la “República”, ya que en la democracia, al poder acceder los pobres al gobierno, estos pueden utilizar a las instituciones para acabar con los privilegios, posibilidad contraria al pensamiento de John Jay quien dijo que “quienes son dueños del país deben gobernarlo”.

Esta forma de ver los asuntos de gobierno se ha mantenido en la mentalidad de los estadounidenses hasta nuestras fechas, y su sistema político está diseñado para preservar los privilegios de los más encumbrados. El sistema electoral dificulta la creación de partidos políticos nacionales distintos a los tradicionales Republicano y Demócrata, ya que no existe una ley única para el registro de partidos políticos nacionales, si no que se deben de cumplir requisitos específicos por cada entidad. Sin embargo, el principal obstáculo para quienes quieran participar en las elecciones son las altísimas cantidades de dinero que se necesitan para costear una campaña electoral. ¿Y quienes pueden financiar las campañas electorales? Pues los millonarios, los “dueños del país” como decía Jay. Y es por ello que el sistema de gobierno de los Estados Unidos no es una democracia, si no una plutocracia, palabra griega que significa “pluto = ricos” “cracia = gobierno”, es decir, “el gobierno de los ricos”.
En la campaña electoral de 2012, se rompieron todos los récords de gasto en los Estados Unidos. Tan solo en anuncios publicitarios en televisión, los republicanos gastaron 411 millones de dólares, mientras que los demócratas desembolsaron la cifra de 301 millones de billetes verdes. ¿Que tan democrático es un sistema donde se necesitan semejantes cantidades de dinero para poder competir? ¿A poco se cree que cualquier estadounidense tiene las posibilidades no solo de postularse, si no de ganar las elecciones sin contar con estos recursos económicos?

Por eso afirmar que los Estados Unidos son un ejemplo de país democrático simplemente no está apegado a la realidad. Incluso, revisando quienes han sido presidentes de dicha nación en los últimos 50 años, podemos encontrar que salvo las excepciones de Bill Clinton y Barack Obama, el resto son o fueron empresarios pudientes. Los republicanos George Bush padre y George Bush hijo, dueños de petroleras, Ronald Reagan actor multimillonario, o el demócrata James Carter, prominente terrateniente, son solo una muestra de que para ser Presidente de los Estados Unidos, o hay que ser empresario, o ser financiado por los poderes fácticos de ese país, como ocurrió en el año 2008, elección en la que los principales bancos financiaron principalmente la campaña de Obama, quien a pesar de tener un origen humilde y que logró estudiar becado en universidades como Harvard, es también receptor de apoyos financieros provenientes de grupos económicos de enorme peso a nivel nacional e internacional.

Además, la dificultad de acceder a un puesto público ante la falta de enormes cantidades de dinero se presenta no solo en la elección presidencial, si no también en la elección de los Senadores. Por ejemplo, de 100 miembros que integran el Senado de los Estados Unidos (dos senadores por cada uno de los 50 estados) solamente dos no pertenecen al Partido Demócrata o al Republicano (Bernie Sanders de Vermont y Angus King de Maine), y Sanders es el único Senador que se declara abiertamente socialista de todo el país. El hecho de que solo en estados tan chicos y con poca gente como Vermont, que apenas supera los 620 mil habitantes, o Maine que tiene una población de 1 millón 300 mil personas, es una muestra de que en estados extensos territorialmente hablando y con alta población, como California, el no contar con decenas de miles de dólares para la campaña vuelven imposible aspirar a cualquier puesto de elección popular.

Para Abraham Lincoln, la democracia es el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” y, como todos lo sabemos, el pueblo ni maneja chequeras ni puede realizar donaciones a una campaña presidencial de 1 millón de dólares, como lo hicieron el productor cinematográfico Steven Spielberg y el actor ganador del Óscar, Morgan Freeman. Mientras la cantidad de dólares y no la cantidad de votos siga siendo la que decida los resultados electorales en los Estados Unidos, este país no podrá ser considerado de manera cabal como una democracia, y habría que clasificarlo como una plutocracia.

sábado, 11 de agosto de 2012

“El Partido de la Revolución Democrática y su obligación para con los jóvenes y estudiantes de México”.


Escrito presentado en el IX Congreso de la Izquierda Democrática Nacional del Partido de la Revolución Democrática, llevado a cabo en la Ciudad de México, Sábado 11 de Agosto del 2012.

Desde el surgimiento de los llamados partidos políticos de izquierda, estos han tenido como uno de sus principales objetivos, la inclusión de una mayor cantidad de sectores sociales en la política, a través de la participación activa, consciente y organizada de los mismos. La cruzada por la igualdad de derechos políticos ante la ley, la instauración del sufragio universal encabezada por los históricos partidos proletarios a finales del Siglo XIX e inicios del Siglo XX, así como la exigencia de reconocimiento al derecho al voto de las mujeres, fueron todas estas luchas en que los partidos políticos socialistas, socialdemócratas y laboristas, desempeñaron un rol estelar, ya que comprendían que la revolución social solamente podría ser genuina y triunfadora si la clase trabajadora (hasta entonces sin derechos políticos) se involucraba en el proceso revolucionario.

En América Latina, el propiciar la inclusión política de amplios sectores populares ha sido y es una actividad constante, la cual tiene antecedentes históricos que se remontan desde principios del siglo pasado, como el trabajo realizado entre los indígenas peruanos por José Carlos Mariátegui, y muy especialmente, la agitación hecha entre los estudiantes cubanos y mexicanos  llevaba a cabo por el histórico Julio Antonio Mella, el cual fue acribillado en México por órdenes del títere del imperialismo yanqui Gerardo Machado, a la sazón Presidente de Cuba en 1929. 

Así mismo, en nuestro país también han existido diversas luchas que han logrado concientizar a diversas capas de la sociedad, de la importancia de la participación política organizada del pueblo, lucha librada por personajes de la talla de Felipe Carrillo Puerto, quien como Gobernador de Yucatán le devolvió sus derechos a los indígenas mayas, o Rubén Jaramillo quien logró la reactivación del movimiento agrario y de manera ejemplar, nuestro compañero y fundador del Partido de la Revolución Democrática, el Ingeniero Heberto Castillo Martínez, quien arriesgando la vida y a pesar de haber sido encarcelado por su indiscutible liderazgo en el movimiento cívico-estudiantil de 1968, fomentó la politización del estudiantado nacional y el surgimiento de nuevos liderazgos de izquierda, provenientes de los sindicatos de profesores.

Hago un recuento de la historia, por que me parece necesario recordar en estos tiempos aciagos donde la reacción pretende imponerse, que los partidos de izquierda solo han crecido cuando una mayor cantidad del pueblo decide unirse a sus filas, acelerando de esta manera los procesos de democratización. Una forma en que los distintos politólogos alrededor del mundo señalan “la calidad de la democracia” de los distintos países del orbe, es a través de la medición de la “liberalización política” del régimen, es decir, de la cantidad de personas que participan en política, ya sea a través organizaciones colectivas como sindicatos, movimientos sociales, asociaciones civiles o partidos políticos, o con su participación individual, que engloba figuras desde el sufragio hasta la asistencia a una manifestación.

De acuerdo al italiano Gianfranco Pasquino, la mera existencia de partidos políticos de izquierdas fuertes y cohesionados aumenta los índices de votación en los países europeos[1], ya que atrae a una cantidad del electorado que no se ve representada por los partidos políticos conservadores o liberales. Fue por ello que en 1907, las juventudes de los partidos sociales de Europa, decidieron crear la Unión Internacional de Organizaciones Socialistas, la rama juvenil de la Segunda Internacional, con el fin de impulsar la participación política de los jóvenes a través de la izquierda y asegurar la continuidad del movimiento obrero a través de la formación de nuevos cuadros dirigentes. Esta agrupación es el antecedente de la Unión Internacional de las Juventudes Socialistas, la IUSY por sus siglas en inglés, de la cual orgullosamente los jóvenes del Partido de la Revolución Democrática somos parte. La IUSY es la mayor organización política juvenil del mundo, pero lamentablemente, nuestro partido, el PRD, no ha logrado crear una organización política juvenil de izquierda que esté a la altura de las demás agrupaciones juveniles socialistas. 

Es necesario señalar, que a diferencia del Partido Acción Nacional, quien realiza un trabajo político organizado entre la juventud nacional a través de su Secretaría de Acción Juvenil, el Partido de la Revolución Democrática no se ha planteado como una prioridad el reclutamiento, adoctrinamiento y posterior empoderamiento de los jóvenes, basándose en visiones desfasadas acerca de quienes deben de ser los militantes de un partido de izquierda. Para muchos compañeros del PRD, nuestro partido únicamente debe de basar su crecimiento en el aumento de las simpatías del “pueblo” en abstracto hacia nuestra organización, siendo esto totalmente erróneo. La sociedad en todo el mundo, y en México en particular, es cada vez más compleja y heterogénea, y los partidos políticos que no entiendan esta realidad y no asuman discursos específicos para los distintos sectores que conforman al “pueblo”, están condenados a la irrelevancia y posterior desaparición.

Durante este año 2012, por culpa del abandono del PRD a las juventudes nacionales, miles y miles de jóvenes que buscan incidir en los asuntos públicos de la patria se han visto orillados a participar en un movimiento social destinado a la desaparición por ausencia de objetivos concretos como lo es “YoSoy132”. En lugar de considerar al Partido de la Revolución Democrática como el espacio natural donde los jóvenes pueden acceder a los espacios de toma de decisiones públicas, estos se activan cívicamente en organizaciones precarias que no ofrecen proyectos a largo plazo. Por otro lado, el estudiantado no ha tenido un peso político trascendental, ya que no existen organizaciones políticas nacionales que enarbolen como su razón de ser la defensa de la educación pública de calidad y se conviertan en catalizadores del despertar cívico estudiantil que actualmente sucede en nuestro país.

Basándome en lo anterior, propongo como prioridad de la Izquierda Democrática Nacional dentro de sus lineamientos de acción política, los siguientes puntos:

  1. Desaparición de la Secretaría de Asuntos Juveniles, al considerar que dicho organismo por su naturaleza es insuficiente para impulsar actividades políticas específicas hacia la juventud.
  2. Creación de la Secretaría Nacional de las Juventudes de Izquierda, que asumirá las tareas de la anterior Secretaría, pero teniendo autonomía interna.
  3. Elevar el presupuesto que el PRD destina a la promoción de si mismo entre la juventud.
  4. Impulsar la creación de una organización fraternal del PRD y las Juventudes de Izquierda, la Confederación Nacional de Estudiantes de Izquierda, para realizar trabajo político dentro de las escuelas de México. 
Compañeras y compañeros: en nuestros estatutos está señalado que el PRD es un instrumento de la sociedad, y si somos de la idea que los partidos políticos son sus militantes, nosotros, los perredistas, debemos de ser un instrumento de la sociedad, y eso incluye a los jóvenes.


Concluyo recordando lo que hace mucho tiempo, allá por 1957, declaró Mao Tse Tung a los jóvenes chinos que estudiaban en Moscú: “El mundo es de ustedes, y también de nosotros; pero en última instancia, es de ustedes. Los jóvenes, plenos de vigor y vitalidad, se encuentran en la primavera de la vida, como el sol a las ocho o nueve de la mañana. En ustedes depositamos nuestras esperanzas. El mundo les pertenece. El futuro de China les pertenece”[2].



[1] Pasquino, Gianfranco, Nuevo curso de ciencia política / Gianfranco Pasquino ; trad. de Clara Ferri , México, FCE, 2011, 389 pp.

[2] “Citas del Presidente Mao”, Conversación con estudiantes y practicantes chinos en Moscú (17 de noviembre de 1957).

martes, 15 de mayo de 2012

3 enfoques de Ciencia Política.

a) Desarrolle el esquema de sistema político conocido como “Black Box” de David Easton.


Todas las sociedades existentes hasta nuestros días, han tenido un orden que las regula. Dicho orden para ciertas escuelas, es cambiable, reconocen la existencia de un orden, pero tiene sus características y particularidades que lo hacen diferente al resto de los demás. Sin embargo, para el enfoque estructural-funcionalista sistémico, el orden siempre tiene constantes, no importando la sociedad de la que se trate, el orden para ser orden tendrá un esquema determinado. Dicha apreciación es fruto del avance de la antropología, la cual detectó que cualquier sociedad tiene necesidades,        que esta posee estructuras que atienden estas necesidades (ya sea positiva o negativamente) y las mencionadas estructuras tienen funciones específicas que cumplir con las cuales atienden las necesidades. De manea simultánea, la psicología, así como la biología, se desarrollaron cada una en sus respectivos ámbitos, obteniendo como fruto de ese trabajo el conductismo por un lado, y el enfoque de sistemas por el otro. 

Fue así como David Easton retomó los nuevos conocimientos de esas tres ciencias (antropología, biología y psicología) y los aplicó al estudio de los fenómenos políticos. Considerando como válido el supuesto de que en las sociedades existían estructuras con funciones que resolvían o administraban las necesidades de sus miembros, Easton desarrolló un esquema que hacía hincapié en el hecho de que cada elemento que formaba parte del sistema político tenía conductas propias de su rol dentro del sistema, con lo que la teoría de sistemas también hizo su entrada a la ciencia política, fortalecida por el conductismo. Tomando en cuenta lo anterior, el politólogo canadiense señaló en su modelo llamado “Black Box” que todo sistema político era formado por cuatro elementos:
1.    Inputs:
Son las entradas al sistema político, las demandas de los ciudadanos, las exigencias de los grupos políticos, en fin, toda aquella solicitud que realizaran los actores sociales.
2.    Black Box:
El concepto más importante del sistema político diseñado por Easton, pero paradójicamente, el menos discutido por él. Easton le dio este nombre argumentando que después de que las demandas de los actores sociales son formuladas, estas entran a la esfera de los tomadores de decisiones, pero hasta cierto límite, y después de este, el proceso por el cual los gobernantes en el sistema político toman sus decisiones es oscuro y nebuloso.
3.    Outputs:
Son las respuestas que ofrece la autoridad a las demandas de los miembros del sistema político. Las respuestas de los gobernantes, más que ser negativas o positivas a las necesidades de los ciudadanos, están orientadas a la consecución del equilibrio, a preservar la existencia del sistema, y cualquier tipo de respuesta está condicionada a este objetivo.
4.    Feedback:
Después de que los actores sociales formulan sus demandas y estas son atendidas por la autoridad y finalmente, los gobernantes ofrecen una respuesta, ocurre un proceso de retroalimentación, en el cual el contenido de la respuesta modifica la demanda, ya sea solucionando el problema, reprimiendo a los demandantes o en su caso, al ser una respuesta nula, la demanda persiste.
Easton se enfocó primordialmente a la formulación de las demandas y como estas llegan a la “Black Box”, pero abordó de manera insuficiente los sucesos que ocurrían dentro de ella. Fue Talcott Parsons quien analizó con mayor detenimiento el proceso de toma de decisiones de los gobernantes. Para comenzar, Parsons aclaró que los actores sociales jugaban un rol, tenían una conducta esperada, por lo que sus demandas, más que debilitar al sistema, formaban parte del mismo. Asi mismo, el sociólogo estadounidense apuntó que la autoridad imponía normas y valores con sus decisiones, los cuales se difundían principalmente en la escuela, el trabajo y el círculo de la familia y amigos. Finalmente, Parsons también afirmó que las demandas solo podrían convertirse en respuestas si estas lograban el objetivo fundamental del sistema: preservar el orden. En conclusión, el modelo de sistema político “Black Box” explica la estabilidad de los regímenes políticos y las modificaciones pequeñas, pero no facilita el estudio del cambio y las transformaciones intempestivas.
b) Analice el supuesto del individuo racional de las corrientes del “rational choice”.
El individuo está rodeado de distintas circunstancias, pero también el individuo se genera circunstancias con su actuar. La agencia a través de la cual modifica sus circunstancias, es mediante las estructuras que existen dentro de una sociedad determinada, y puede ayudarle a resolver sus necesidades subjetivas u objetivas. Considerando estos supuestos como ciertos, se puede dar paso al entendimiento del fundamento filosófico, económico y político del rational choice: el individualismo. Tomando como referencia a Platón y su idea de que todo accionar individual debe de procurar el orden, pasando por la afirmación de Maquiavelo de que el éxito de la persona dependía en un 50% de su virtud y el 50% restante de la fortuna, el individualismo fue poniendo en el centro de la discusión social el papel del individuo en la historia. El fundador del liberalismo político, John Locke, apreció que cualquier sociedad funcionaría mejor si el Estado respetaba la autodeterminación del ciudadano, otorgándole legitimidad a la coerción aplicada por este siempre y cuando el individuo le reconociera dicho poder al Estado bajo ciertas condiciones, y si este no las respetaba, el ciudadano tenía el inalienable derecho a la rebelión. Locke sostuvo que un régimen político basado en el liberalismo era el ideal, ya que los individuos buscarían de manera racional preservar el orden, y el Estado debía ser únicamente un garante de la estabilidad de la sociedad. Después de que esta visión del Estado se volvió la más popular en el mundo occidental, el paso natural del liberalismo era influir en la teoría económica, momento que sucedió cuando Adam Smith consideró que los intereses de los individuos podían armonizarse si estos actuaban de manera racional, pero la presencia del Estado en la economía impedía esta armonización. Finalmente, Max Weber creó el individualismo metodológico, principio teórico que considera a las acciones personales y no a la lucha de las clases sociales como las hacedoras de la historia. Para Weber, el mundo había evolucionado gracias a que cada individuo trabajaba por sus intereses y que estos eran coincidentes con los intereses de otros, por lo que para explicar el desarrollo de la sociedad era necesario estudiar los intereses de las personalidades que habían marcado una época, ya sean reconocidas o no. Fue así como Anthony Downs con su obra “Teoría Económica de la Democracia” se propuso explicar como la participación política estaba fundamentada en principios racionales y en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades individuales. Downs ofreció 3 principios rectores  que de acuerdo a su teoría, explicaban el funcionamiento de la política: los individuos importan y con su actuar modifican la historia, su actuación es racional y esta es así debido a la escasez de recursos políticos que existen. Como se puede apreciar, Downs simplemente trasladó la teoría económica neoclásica a la política, señalando que el ciudadano ejercía su papel como tal solamente si eso satisfacía sus intereses, pero si esto no era así, era preferible su inacción, ya que otros de seguro participarían en política, y si estos lograban los objetivos que el ciudadano X buscaba, recibiría los beneficios de la puesta en marcha de la política pública que deseaba (ejemplo) sin haber tenido que molestarse en trabajar por cristalizarla. Otro teórico del rational choice, Mancur Olson, definió a estas personas como los “Free Riders”, individuos que aunque no se inmiscuían en la política, eran beneficiarios de las decisiones políticas, acción que él consideraba la más racional de todas, ya que así se evitaba el desgaste y se obtenía todo el beneficio. Sin embargo, el mismo Olson reconoció que muchos de estos podían actuar como “Francotiradores”, es decir, personas que solamente estaban al acecho de los beneficios colectivos y que por no trabajar en la creación de los mismos, estos eran menores y por lo tanto, también menor era el beneficio para los integrantes de la colectividad. En resumen, el rational choice puede explicar la actuación de individuos que basan sus acciones en la información que tengan al respecto y que tengan muy bien definido sus objetivos, como obtenerlos y los costos que hay que pagar por ellos, pero carece de explicaciones al actuar de los individuos que aunque no posean ninguna de las dos características mencionadas (información e intereses claros) de todos modos participan en política.
c) Exponga las críticas que le realizara el neoinstitucionalismo al rational choice así como los principales principios teóricos del primer paradigma.
Vigente hasta nuestros días y en constante enfrentamiento con la teoría de la elección racional, el neoinstitucionalismo fue desarrollado por March Olson así como Douglas North. Para ambos teóricos, existen 3 puntos fundamentales que cualquier teoría que pretenda explicar el funcionamiento de la sociedad y, de manera especial, el funcionamiento de la política, debe de tomar en cuenta:
1.    Las Instituciones son el centro de la sociedad.
Guillermo O´donell las definió como “pautas regulares de interacción”, considerando que las instituciones son conjuntos de reglas, ya sea escritas o no escritas, pero que orientan la acción humana. Los seres humanos interactúan a través de ciertas conductas reconocidas socialmente como válidas para este fin, y es mediante las instituciones que se fija lo que es socialmente aceptable.

2.    Las Instituciones son externas al individuo.
Las pautas regulares de interacción existen antes y después de la existencia del individuo. Una persona puede eliminarlas e imponer otras, pero para otros individuos, las nuevas normas serán fijadas antes de su existencia, por lo que los conjuntos de reglas existen independientemente de la voluntad de cada persona, fijando límites al actuar individual.

3.    Las Instituciones tienen efectos sociales.
Estas reglas no son neutrales, la mera existencia de las instituciones tiene consecuencias en la sociedad, afectando nuevamente la acción personal.
Por otro lado, Douglas North consideró que el cambio social era fruto de un proceso paulatino, limitado por las instituciones, o por el azar, situación ante la cual la institución podía responder si había planes prospectivos. Solamente el cambio intencional era capaz de superar los límites de las instituciones, pero hasta el mismo cambio, por más intencional que sea, generará sus propias instituciones para fortalecer la nueva realidad. Finalmente, la teoría del neoinstitucionalismo ayuda a comprender por qué la acción humana no es suficiente en muchas ocasiones y pone el acento en la importancia de mejorar las instituciones sobre todo las gubernamentales para que estas respondan a las necesidades de la población, haciendo un llamado a la sociedad a que se inmiscuya con mayor profundidad en la política, el espacio donde se definen las acciones de las instituciones públicas.

viernes, 13 de abril de 2012

La Teoría del Conflicto y la Sociedad de Alumnos de la FEyRI.

El semestre pasado curse una materia optativa llamada "Teoría Social". Dicha materia es impartida como obligatoria a los estudiantes que cursen el 4to semestre de Economía. Como trabajo final, se nos encargó por parte del profesor escribir un ensayo donde analizáramos un problema social desde la visión de una teoría vista en el curso. La teoría que elegí fue la Teoría del Conflicto, y el problema que decidí analizar fue uno en el que tuve participación directa: la renovación de la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la UABC. La presente entrada consiste en la publicación de dicho ensayo.

Una Teoría Integradora.
La teoría social que se utilizó durante el proceso de creación de este ensayo para analizar el proceso de renovación del Comité Directivo de la Sociedad de Alumnos 2011-2012 de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales es una teoría de grandes pretensiones. Llamada por su creador, Ralph Dahrendorf, como “La Teoría del Conflicto”, esta considera al mencionado conflicto como “un proceso central de la vida social” (Collins, 1975).
En el mundo de la academia sociológica, esta teoría es percibida como una teoría integradora, debido a su intención de ser depositaria de los aportes de distintas escuelas. Pero, ¿Cuáles son sus características? La Teoría del Conflicto es de carácter dicotómica, distinción que es fácil de apreciar desde su primer planteamiento y que se observará en otros postulados: la sociedad tiene dos caras, el consenso y el conflicto. Para Dahrendorf, el pionero de esta teoría, el conflicto “es la cara desagradable de la sociedad”.

Aunque muchos deseen hacer caso omiso de la existencia de las diferencias en el seno de la sociedad, estas no se pueden ocultar. Una de las principales críticas que se le hacen a esta teoría, es el ser una derivación del funcionalismo estructural, por lo que los problemas distintivos de esta teoría (explicación de solo una parte de la sociedad, etc.) son trasladados a la teoría del conflicto. Esto provoca que mientras los funcionalistas ven orden, los seguidores de la teoría en cuestión ven el germen de la confrontación. En consonancia con lo anterior, también se afirma que el orden instaurado en cualquier sociedad es preservado mediante una “constricción forzada”, es decir, las estructuras sociales no solo influyen en el accionar de las personas, si no que también las obligan a actuar de cierta manera.

Para la teoría del conflicto, el origen del mismo en una sociedad radica en la existencia de las llamadas “asociaciones imperativamente coordinadas”, las cuales son las diversas posiciones de autoridad existentes dentro de cualesquier sociedad. Dichas unidades expresan la realidad del individuo, el cual puede ser depositario de la autoridad y al mismo tiempo ser un subordinado. Sin embargo, a pesar de esta situación doble, la poca o mucha autoridad que posea en cierto momento un individuo, por el simple hecho de ser legítima, le permite imponer sanciones a quienes lo rodeen. Por otro lado, es necesario puntualizar que toda autoridad entraña dominación y subordinación, por lo que si tenemos claro lo anterior, podemos explicar por que se terminan creando únicamente dos grupos: dominadores y dominados, los cuales tienen distintos intereses. Mientras que los beneficiados del sistema pretenden preservar el status quo, los que se sienten relegados del centro de decisiones buscarán no solo mejorar ciertas cosas, si no también provocar un cambio de régimen.  Es aquí donde aparece el concepto de “intereses” y los conflictos generados por el choque de los mismos, conflictos que precarizan a la autoridad.

Para formar parte de los conflictos de la sociedad, no es indispensable estar consciente de ello, ya que las posiciones que ocupe un ciudadano determinarán su acción, generando “intereses latentes”. Pero cuando se adquiere consciencia de que las acciones individuales están participando en un conflicto, esos intereses se vuelven “intereses manifiestos”. Estudiar la relación entre estos dos intereses es la tarea principal de la teoría del conflicto.

Al existir intereses contrapuestos, también se generan grupos cuya dinámica es determinada por la solidez de los mismos. Estos grupos son tres:
1.    Cuasi grupo: Son agregados de titulares de posiciones que tienen los mismos intereses de rol (Dahrendorf, 1958). De aquí se generan los otros tipos de grupo.
2.    Grupos de Interés: estos poseen estructura, forma de organización, objeto definido y “personal”.
3.    Grupos de conflicto: Son grupos de interés que han decidido defender el estatus quo o hacer realidad el cambio.
En situaciones ideales, la existencia de estos 3 grupos explicaría el conflicto social, pero al no existir estas situaciones, se vuelve necesario analizar otras condiciones como el contexto y las fortalezas y debilidades de los grupos. Dentro de este campo, Dahrendorf consideraba que el reclutamiento aleatorio o al azar dentro de los cuasi grupos hacía poco probable que surgieran grupos de interés y/o de conflicto. Ejemplificaba con el lumpenproletariado, el cual es un grupo creado por el azar cuya cohesión es prácticamente inexistente.

Con el objetivo de consolidar al conflicto como un punto central dentro de la comprensión de la sociedad, Lewis Coser publicó en 1956 “The Functions of Social Conflict”, obra en la que afirmaba que el conflicto cumplía ciertas funciones que paradójicamente, consolidaban el orden existente y no solo creaba uno nuevo. Esto ayudó a que la teoría del conflicto empezara a explicar también el consenso. Pero no es si no hasta 1975, con la publicación de “Conflict Sociology” de Collins que esta teoría se consolida, al dotarla de mayor “cientificidad”. Collins pasa del análisis macro al micro, y retomando postulados importantes del marxismo, sostiene que las estructuras sociales son solamente pautas de acción y que el actor social crea y recrea a las mismas. Culmina enlistando una serie de 5 principios para analizar el conflicto (observar la vida real, examinar los factores materiales que influyen en la interacción, explotación en situaciones desiguales, imposición de ideas por parte de los grupos fuertes a los débiles y realización de comparativas) con el objetivo de comprobar su tesis principal: el hombre es un ser gregario, pero también está predispuesto al conflicto.

La elección de la Sociedad de Estudiantes de la FE y RI como expresión del Conflicto.
Una visión que llega a ser generalizada y compartida por varios, es que el ganador de un proceso electoral lo es debido al consenso que pudo construir para alcanzar esa posición. Mediante el convencimiento, el diálogo e incluso la cooptación, los vencedores de las elecciones se vuelven un ejemplo vivo de que las estructuras sociales están diseñadas para mantener la estabilidad y para que cualquier cambio sucedido se lleve a cabo con orden y respetando los cánones vigentes.  Esa sería la visión de los funcionalistas, pero no la de los partidarios de la teoría del conflicto. Donde los primeros ven orden y armonía, los segundos observan una constricción forzada que castiga a la oposición y que intenta ocultar la existencia de la disidencia. Sin embargo, las estructuras sociales, contrario a lo que creen los funcionalistas, no constriñen todo el tiempo, mucha veces son simplemente pautas de acción cuando el actor social se percata que es el quien crea y recrea la organización social.

Dicho proceso ocurrió en el pasado proceso de renovación del Comité Directivo de la Sociedad de Estudiantes de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales. Aunque la idea que se ha promovido con más énfasis es que las elecciones fueron un proceso tranquilo, quienes realizan ese esfuerzo olvidan que las organizaciones sociales “son un campo de batalla” (Collins, 1975). Debido a que las personas que ocupan un cargo dentro del Comité Directivo acceden a posiciones de autoridad, y a que estas siempre entrañan dominación y subordinación, los incentivos para buscar no ser objeto de la coerción son grandes. Quienes se esfuerzan por evitar ser objetos de la coerción, no necesariamente son grupos  organizados tras un largo proceso de planeación, si no que pueden llegar a ser espontáneos. Por otro lado, la posición de autoridad de los miembros del Comité Directivo es relativa. Aunque su posición respecto al resto de la comunidad estudiantil es de autoridad, el principio de asociaciones imperativamente coordinadas se cumple al estar el Comité Directivo supeditado a la autoridad del Director de la Facultad en varios aspectos.

Por lo tanto, la postura de todos los estudiantes con respecto a la Dirección de la Facultad es dicotómica: es una relación entre autoridad y subordinados. El poder ejercido por la Dirección influye en todos los aspectos de la Facultad, tanto académicos y recreativos como administrativos y políticos. Por ello, una manera de liberarse aunque sea un poco del poder avasallante de la Dirección es accediendo a posiciones de autoridad como lo es la Sociedad de Estudiantes. El dirigir a esta organización, permite llevar a cabo proyectos dentro de la Facultad que difícilmente se podrían cristalizar desde la posición de un estudiante común. Como se puede observar, el ganar las elecciones de la Sociedad de Estudiantes permite no solo ganar espacios de autoridad, si no independizarse en un grado reducido pero significante con respecto al poder de la Dirección y tener una mayor capacidad de acción. Sin embargo, esta última posición adoptada por un grupo de estudiantes fue tomada como un reto a la autoridad de la Dirección, la cual utilizando la legitimidad de su cargo, impuso sanciones arbitrarias a dicho grupo.

Todas esta consideraciones pudieron observarse en el largo proceso de renovación de la dirigencia estudiantil de la FE y RI, el cual no comienza en Septiembre de 2011, mes en que fue publicada la convocatoria para inscripción de planillas, si no desde mediados del 2010. En ese año, también se llevó a cabo la elección del nuevo Rector de la UABC, en la cual participaban entre otros el entonces Director de la Facultad, el Dr. David Ledezma. Bajo el argumento de que no se quería “enturbiar” el proceso de sucesión rectoral, se aplazaron las elecciones de los Comités Directivos estudiantiles en todas las facultades de la UABC y las dirigencias estudiantiles alargaron su período de funciones, con excepción de la Facultad de Derecho, donde el Comité Directivo saliente convocó de manera independiente a la inscripción de planillas y posterior campaña y elección. El nuevo Rector, Dr. Felipe Cuamea, fue electo hasta Enero de 2011, pero a partir de Febrero, se llevaron a cabo elecciones estudiantiles en las facultades de la Universidad, con la excepción de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales. El Rector Cuamea nombró al Dr. Ledezma como Vicerrector del Campus Tijuana de la UABC, dejando como Director Interino de la Facultad al  Dr. Martín Ramírez Urquidy. Mientras estos cambios institucionales ocurrían, la inmensa mayoría de los miembros de la Sociedad de Estudiantes de la FEyRI egresaban, por lo que el Comité Directivo quedó acéfalo.

El Director Interino no convocó a los Jefes de Grupo de la Facultad para expedir una convocatoria a elecciones durante el semestre de Febrero a Julio, mientras que el organismo que podía hacerlo, el Consejo Estatal de Sociedades de Alumnos (CESA) tampoco se ocupaba del tema, ya que sus integrantes se encontraban enfrascados en la creación del nuevo Reglamento del Consejo. Esta situación de incertidumbre fue denunciada por un grupo de estudiantes identificados con el Partido Revolucionario Institucional, los cuales arguyeron que la verdadera razón por la que no se convocaba a elecciones era por que las autoridades universitarias no querían que este grupo ganara la Sociedad de Estudiantes. También este grupo de estudiantes, los cuales se auto nombraban como “DIEZ” habían acusado al ex Director David Ledezma de represión, señalándolo como el responsable de que a varios de sus integrantes se les hubiera reprobado en materias durante el semestre anterior y de esa manera, impedir su participación en el proceso electoral, debido a su orientación partidista.
A pesar de las denuncias, otro grupo de estudiantes, auto nombrado “Evolución”, se mantenía a la espera de la publicación de la convocatoria. Las relaciones de este grupo con la Dirección eran diametralmente opuestas a las que tenían los estudiantes de “DIEZ”: El líder de ellos tenía una comunicación constante y fluida con el Director y también defendía el trabajo de los directivos escolares, es decir, los primeros buscaban el cambio mientras que los segundos defendían el status quo. El control ejercido por la Dirección (aunque también se señalaba al Secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado como el líder moral de la Dirección) sobre la vida interna de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales recompensaba la complacencia del grupo de estudiantes de “Evolución”, permitiendo hacer proselitismo de manera encubierta pero clara a pesar de que no había ninguna convocatoria expedida.

Pasó el tiempo y se inició un nuevo ciclo escolar en Agosto de 2011. Muchos estudiantes enterados de todos estos antecedentes egresaron o pasaron a realizar sus prácticas profesionales, por lo que los estudiantes de los semestres de etapa básica desconocían absolutamente todo lo sucedido. Cuando por fin el CESA publicó la convocatoria para elegir a los integrantes del Comité Electoral que organizaría las elecciones, se pedía como requisito ser Jefe o Representante de Grupo. Sin embargo, quien quedó al frente del Comité Electoral, fue una estudiante que no tenía la representación de ningún grupo, situación que fue pasada por alto por el CESA. Después de constituirse el Comité Electoral, hubo una semana de espera para que las planillas interesadas en participar en las elecciones se registrarán ante el Comité, pero al finalizar el tiempo de registro, solamente una planilla se había inscrito: la Planilla Evolución. Un grupo de estudiantes solicitaron una inscripción extemporánea, pero el Comité Electoral se negó a darles la autorización de participar. Al solo haber una planilla, la convocatoria expresaba que se llevaría a cabo un referéndum para decidir si esa planilla se convertiría en el Comité Directivo, pero si era rechazada, los Jefes de Grupo elegirían entre ellos a los dirigentes de la Sociedad de Alumnos. Una cosa que la convocatoria no aclaraba, era lo que había que hacer bajo el supuesto de que los Jefes de Grupo tampoco quisieran integrar el Comité Directivo.

¿Qué pasó con los de DIEZ? Argumentando temor a la represión, y al hecho de que el Presidente del CESA, Gustavo Garduño, tenía la postura de negarle el registro a cualquier estudiante integrante de ese grupo al estar vinculados al PRI, decidieron no participar. Sin embargo, al descubrirse que el candidato a Presidente de la Planilla Evolución era miembro adherente del PAN, las voces de inconformidad aumentaron entre los estudiantes. Para estas alturas, el conflicto de intereses era evidente, y cualesquiera que fuera el resultado, la legitimidad del nuevo Comité Directivo sería precaria. A pesar de que prácticamente la totalidad de los miembros y simpatizantes de la Planilla Evolución rechazaban ser panistas, el “interés latente” era que su Presidente si lo era y que la postura institucional de la Planilla era de apoyo al trabajo realizado por los Directivos de la Facultad, los cuales tenían y tienen una relación bastante cercana con el panista Gobernador del Estado, el cual es egresado de la Facultad de Economía e impartió clases en ella.

Sin embargo, no todo estaba dicho: el sentimiento de rechazo al hecho de que solo hubiera una planilla haciendo campaña se iba expandiendo cada vez más. Dicha opinión generó varios cuasi grupos bastante heterogéneos, los cuales definió Dahrendorf como un conjunto de personas que comparten una misma posición debido a la similitud de sus intereses. De manera espontánea, los  estudiantes de esos grupos convocaron a la comunidad estudiantil de la FEyRI a votar por la opción del NO y rechazar lo que ellos llamaban “un proceso no democrático lleno de irregularidades e intervención de agentes externos a los estudiantes”. Además, la Planilla Evolución no contaba con estudiantes de la licenciatura de Economía en la titularidad de los cargos, por lo que una cantidad importante de estudiantes de esa carrera se sentían excluidos al carecer de una representación. A diferencia de los miembros de la Planilla Evolución, los estudiantes que promovían el voto por el NO asumieron su papel de estar inmiscuidos en un conflicto serio no solo con la planilla, si no también con Directivos y Catedráticos de la Facultad, por lo que pasaron de mero “interés latente” al “interés manifiesto” de tener un proceso de elección verdaderamente democrático.

La campaña electoral duró una semana, y al finalizar se llevó a cabo una presentación de propuestas por parte de la Planilla Evolución en el salón audiovisual tanto en el turno matutino como vespertino. Dichas presentaciones terminaron en espacios de catarsis, donde los simpatizantes del NO como los del SI se hicieron reclamaciones mutuas. Finalmente, el día de las elecciones, de un total de 1100 estudiantes de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, solamente 427 alumnos acudieron a votar, mostrando un grado de abstención electoral altísimo, similar al que es frecuente que exista en las elecciones locales. Es de llamar la atención que en una Facultad especializada en las Ciencias Sociales la participación electoral de sus estudiantes haya sido muy baja, siendo un indicador importante de la deficiente educación impartida en las aulas. A pesar de ello, la Planilla Evolución se convirtió en el nuevo Comité Directivo de la Sociedad de Estudiantes con un total de 269 votos, mientras que la opción del NO con sus 152 quedó relegada a la anécdota. Los 6 votos nulos fueron meramente testimoniales.

¿Por qué no ganó el NO? A pesar de que la postura general de los estudiantes era de rechazo tanto al proceso como a las propuestas e integrantes de la Planilla Evolución, las debilidades estructurales de los cuasi grupos que promovieron el voto por el NO les impidieron alzarse con la victoria. Los distintos cuasi grupos que se formaron, tenían como característica común el querer votar por el NO, pero muchos tenían distintos motivos. Mientras unos querían que los Jefes de Grupo eligieran al nuevo Comité Directivo y otros de plano solicitaban un nuevo proceso electoral, había quienes votaron NO con la intención de deslegitimar lo más posible a la Planilla Evolución. Esta heterogeneidad, tanto de motivos como de tácticas y estrategias, impidieron que los cuasi grupos se convirtieran en grupos de interés consolidados y bien organizados que pudieran transformarse en grupos de conflicto con posibilidades reales de alcanzar el éxito. Además, el reclutamiento aleatorio realizado para crear grupos de conflicto se enfrentó a la problemática de efectuarse entre una gran cantidad de estudiantes que pueden ser calificados como el “lumpen proletariado académico”. Los estudiantes pertenecientes a este sector por lo regular no les interesa lo que suceda con la Facultad, mantienen posiciones apolíticas y estudian una carrera que no es de su agrado, ya sea por ser reubicados, por haber tenido una imagen errónea de la misma o de plano por haberse equivocado de Facultad al momento de elegir una en las etapas previas al examen de ingreso a la universidad. Por último, aunque no menos importante, el Comité Electoral impidió que una cantidad indeterminada de estudiantes de primer semestre ejercieran su derecho al sufragio al no tener la credencial de estudiante de la UABC, a pesar de que esta no se les había entregado y de que la convocatoria permitía votar con la credencial de elector.

Sin embargo, la existencia de este conflicto, demostró la validez total de las tesis de Lewis Coser. Al menos 2 de los cuasi grupos creados al calor del proceso electoral, se aliaron y reforzaron el posicionamiento del NO, hicieron uso de la propaganda impresa y electrónica de manera coordinada y participaron en la presentación de propuestas de la Planilla Evolución exponiendo sus puntos. El conflicto solidificó las ideas que estos estudiantes tenían sobre la Facultad, y su relación se encuentra consolidada. Simultáneamente, individuos que se encontraban aislados del proceso de renovación de la Sociedad de Estudiantes, incluso de semestres de formación básica, tomaron un papel activo durante la campaña al ser portavoces del No. El conflicto permitió comunicar las percepciones y opiniones que poseen sobre la realidad de la Facultad y auxilió a exhibir las posiciones que tienen estudiantes que por lo regular no eran muy activos en asuntos internos de la Facultad y, desde luego, tanto los Consejeros Universitarios y Consejeros Técnicos Estudiantiles asumieron posturas divergentes. Es altamente probable que los grupos de interés formados posteriormente a las elecciones se consoliden y busquen incidir en el futuro inmediato en cuestiones comunes a todos los miembros de la comunidad FEyRI. Lo ocurrido en la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, prueba que el Conflicto no es algo que pueda ser juzgado como bueno o malo, pero si como un proceso central de la vida social.

Conclusión.
Como se pudo observar a lo largo del ensayo, la Teoría del Conflicto es, a diferencia de otras, una teoría que se encuentra abierta a recibir ideas procedentes de todo el amplio mundo de la teoría sociológica. Originalmente creada como un intento de adaptar el pensamiento del marxismo a la Sociología, pero surgida como un derivación del Estructural Funcionalismo, la Teoría del Conflicto también se vio influida en buena medida por la sociología comprensiva de Max Weber, la fenomenología e incluso de acuerdo a algunos autores, la teoría de redes.

Dicha integralidad se debe a que esta teoría fue criticada en sus inicios por solamente explicar el conflicto, el disenso, el cambio, y dejar de lado el dialogo, el consenso, el acuerdo, en una palabra, el orden. Por lo tanto, la teoría del conflicto paso por varias etapas que le marcaron su propósito: pretender ser capaz de explicar todos los niveles de la realidad social. En medio de un mundo que tiene demasiadas preguntas y pocas respuestas, la teoría del conflicto intenta convertirse en universal y responder todas las cuestiones sociales, desde el nivel macro hasta el meticuloso análisis micro.

Aunque el deseo pueda parecer plausible e incluso, se le reconozcan grandes y valiosos esfuerzos en alcanzar esa meta, dicha pretensión también conlleva un peligroso imperialismo teórico que puede llegar a ahogar la creación de nuevas teorías que con ánimo renovador expliquen más certera y de mejor manera la realidad cambiante del Siglo XXI.

lunes, 13 de febrero de 2012

El futuro de Venezuela: una hegemonía ideológica progresista.


El Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, es el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela desde 1999. En este año, 2012, se presenta nuevamente a la reelección, y en caso de ganar las elecciones presidenciales del mes de Noviembre, sumará otros 6 años a su período de gobierno, tomando protesta el 1ro de Enero del 2013 y terminando ese hipotético nuevo sexenio el 31 de Diciembre del 2019. Sin embargo, el Comandante Chávez ha externado su intención de seguir gobernando a su país hasta el año 2031, es decir, buscaría la reelección continua en 2 ocasiones más. Durante estos 13 años de gobierno, muchas cosas se podrían decir a favor y en contra de los resultados de su mandato, de su forma de gobernar, de sus relaciones siempre ríspidas y al borde del rompimiento entre él, los medios de comunicación y sus opositores políticos, tanto nacionales como internacionales. Pero a pesar de todas las discrepancias que puedan existir acerca de la valoración de los 13 años de gobierno “chavista”, todas las opiniones coinciden en un punto a destacar: Venezuela cambió, y por ende, los venezolanos, no son los mismos que antes de 1999.

Cuando Hugo Chávez fue candidato a la Presidencia de la República por vez primera, era postulado por una conglomeración de partidos de izquierda débiles y desarticulados, cuya base de unión era el “MVR”, acrónimo del Movimiento Quinta República, creado por Chávez con el fin de aglutinar a todos los simpatizantes que obtuvo después de un frustrado intento de golpe de estado militar el 4 de Febrero de 1992. En esa ocasión, Chávez presentó un plan de gobierno moderado, donde defendía la intervención del Estado en la economía pero con un papel regulador, no de propietario, prometiendo que en caso de ser Presidente, utilizaría los ingresos que la compañía petrolera estatal, PDVSA, obtenía de la venta de petróleo en programas sociales para combatir la pobreza. Por otro lado, el partido en el gobierno, el socialcristiano COPEI, al igual que todos los demás partidos políticos, como el socialdemócrata Acción Democrática, llamaban a Chávez golpista y estatista, argumentando que el Estado debía mantenerse alejado de las cuestiones económicas. El resultado de la elección presidencial de 1998, arrojó un contundente 52% a favor del Comandante, dando inicio a un cambio de época en la historia de Venezuela.

Trece años después, el escenario político venezolano es completamente diferente: Hugo Chávez dejó su moderación, y desde el gobierno, ha impulsado políticas públicas con el fin de transformar a su país en una nación socialista, prometiendo en esta campaña electoral que de ser reelecto, acelerará las reformas estructurales y aumentará las expropiaciones para conseguir este fin. La oposición a Chávez, está agrupada en la coalición “Mesa de la Unidad Democrática”, mejor conocida como “MUD”. Dentro de ella, figuran una decena de partidos, de los cuales destacan los tradicionales COPEI y Acción Democrática, que después de haber gobernado en varias ocasiones cada uno a Venezuela, en la actualidad tienen un peso prácticamente intrascendente y dependen de aliarse con otros nuevos partidos para sobrevivir. Ha sido tal el cambio, que la coalición opositora ha tenido que postular a la Presidencia a un candidato que maneja un discurso muy similar al de Hugo Chávez en 1998. Henrique Capriles promete instaurar una economía de libre mercado con fuertes programas sociales, siguiendo el ejemplo de Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil. Este discurso progresista, es totalmente diferente al que esgrimió el anterior candidato opositor, Manuel Rosales, en 2006, quien abiertamente aseguraba que rompería relaciones con Cuba, cosa que Capriles ha descartado hacer. 

El hecho de que Hugo Chávez haya colocado la cuestión de la pobreza como prioridad en su discurso y gobierno, ha transformado a otros grupos políticos, forzándolos a dejar su acendrado anti estatismo y teniendo que adoptar una imagen progresista con tal de estar en condiciones de competirle electoralmente. La sociología política, al ser la rama de la sociología que estudia la participación de los distintos grupos sociales en la política y como estos influencian la toma de decisiones gubernamentales y la actividad de otros grupos, permite comprender porqué este cambio en la propuesta de la oposición. La fortaleza del mensaje de Hugo Chávez, la movilización de sus seguidores y su afianzamiento en la Presidencia, ha cambiado no solo el nombre de Venezuela, si no también el discurso de los anteriores grupos detentadores del poder político.  Una hegemonía ideológica progresista se perfila como la dominante en ese país caribeño y, desde 1999, “bolivariano”.

miércoles, 4 de enero de 2012

¿Continuará la primavera árabe en el 2012?

Los derrocamientos sucesivos de Hosni Mubarak en Egipto, Ben Alí en Túnez y Muammar Gaddafi en Libia, han configurado una nueva composición política en el mundo árabe. Los regímenes de dichos países surgieron por, además de las características propias de su países, un escenario internacional que ya no existe y que explicaba su existencia, y que al desaparecer, facilitaba el derrumbamiento de los mismos.

¿Cuál era el contexto global cuando en 1969, Gaddafi triunfó con su Revolución Verde en Libia? ¿Por que pudieron mantenerse desde los ochentas en el poder Mubarak y Ben Ali? Al momento en que estos hombres tomaron el poder, la Guerra Fría entre los Estados Unidos de América y la Unión Soviética era el paradigma de las relaciones internacionales, y cada uno de estos personajes se plegó ya sea a los intereses de estas 2 superpotencias o, como en el caso de Gaddafi, al "Movimiento de los Países No Alineados". Cada régimen recibía el apoyo de los integrantes de su bloque, y aunque siempre existieron inconformidades en el seno de sus sociedades e intentos de revueltas, estas no obtuvieron eco ante el decidido apoyo internacional que brindaban sus aliados a estos 3 gobernantes. Los Estados Unidos mantuvieron y financiaron a Mubarak y Ali, ya que aunque eran dañinos para la imagen de los EEUU, eran funcionales al mismo tiempo al representar una contención hacia el crecimiento del movimiento islámico y el expansionismo soviético. Por otro lado, aunque no era partidaria de Moscú, Libia apoyaba logística y económicamente a distintos grupos subversivos y terroristas que operaran en el Occidente, y eso era ventajoso para la URSS. Todo cambió cuando llegó 1989, cayó el Muro de Berlín y la Guerra Fría terminó, por lo que Gaddafi solamente podría sobrevivir controlando absolutamente a Libia ante los ataques de los Estados Unidos y sus aliados, mientras que los señores de Tunisia y del Cairo se apoltronaban en sus lugares utilizando el fantasma del islam como justificación de sus gobiernos, siempre contando con el respaldo de la Casa Blanca.

Sin embargo, en 2011, EEUU no apoyó decididamente como antaño a sus aliados Mubarak y Ben Ali para sortear las masivas protestas en su contra. ¿Por qué? Muchas razones se pueden esgrimir, pero destaca el hecho de que ambos gobernantes, fracasaron en su intento por frenar el crecimiento hacia el fundamentalismo islamista dentro de sus sociedades y a que habían dejado de ser verdaderamente útiles a los planes de hegemonía mundial de los Estados Unidos. Sin embargo, hay algo que poco se menciona: de haber intervenido de manera directa en esos 2 países, Irán hubiera dado pasos significativos para convertirse en lo que Samuel Hungtington definió como "Core State" (Estado-Núcleo) de la civilización islámica.

Pero, ¿Qué es un Estado-Núcleo? Hungtington en su afamado libro "El Choque de Civilizaciones", argumenta que el mundo después de la caída del socialismo real solo podía ser explicado a través del paradigma "civilizacional", y dividió al planeta en 9 civilizaciones (Occidental, Latinoamericana, Africana, Sínica, Hindú, Ortodoxa, Budista, Japonesa e Islámica). En ese volumen, el politólogo estadounidense afirma que las civilizaciones más poderosas tienen un "Core State" que mantiene unidos a los países que conforman una civilización y dirige las relaciones exteriores de dichas naciones. Si X civilización carece de un "Estado-Núcleo", es más complicado que dicha civilización responda de manera unificada ante las acciones del resto de los Estados. Estados Unidos decidió no defender a Mubarak y a Alí y permitir el fortalecimiento del islam fundamentalista de Egipto y Túnez, ya que eso podía legitimar el discurso de Irán: "EEUU está decidido a acabar con el islam y solamente unidos los musulamanes en torno a nosotros podrán preservar su religión".

Por lo tanto, lo que Norteamérica pretende es evitar que Irán asuma el liderazgo del mundo árabe restándole fuerza a los movimientos populares, simulando cambios al aceptar la caída de viejos dictadores e instalando gobiernos afines a EUA y Arabia Saudí, país que los yanquis impulsan para convertirse en el "Core State" del mundo árabe. Sin embargo, si Irán logra convertirse en el referente de los musulmanes de todo el Magreb y es reconocido como tal por los países musulmanes del resto del mundo, las revueltas tomarán un nuevo impulso ya que sentirán que tienen el apoyo de toda su civilización y no nada más el apoyo de agregados individuales, si no de todo un conjunto de naciones, con todo lo que ello representa.