sábado, 6 de febrero de 2010

CUANDO LA IDEOLOGÍA PIERDE SU VALOR


José Luis Pérez Canchola

Periódico el Mexicano

El pasado 30 de enero se filtro la información de una reunión convocada a puerta cerrada por el líder nacional del PRD, Jesús Ortega, con 50 de los dirigentes municipales y representantes de corrientes internas del perredismo veracruzano. Algunos de los participantes revelaron que Ortega defendió la idea de estudiar “de manera pragmática” la posibilidad de aliarse con el PAN en Veracruz para ir juntos en las elecciones del próximo 4 de julio y evitar “que en el 2012 vuelva a México un PRI autoritario y feudal”.

Ortega dijo que los perredistas veracruzanos “serían muy tontos si no aprovechan la división del PRI en Veracruz”. Algunos asistentes a la reunión con Ortega, mencionaron que reconoció el mandato del Consejo Nacional del PRD para buscar acuerdos políticos y electorales con Convergencia y el Partido del Trabajo, pero aún así, el líder nacional del PRD insistió en que Veracruz merece una alianza con el PAN a fin de detener al tricolor.

Todo esto lo dijo Jesús Ortega en aquella reunión privada. Sin embargo ese mismo día, pero en otro lugar y específicamente en el marco de la Reunión Anual de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales celebrada en Boca del Río, Veracruz, el mismo Ortega estando en conferencia de prensa dijo que descartaba “ir en alianza con el PAN en las elecciones locales del Estado para elegir gobernador, diputados y alcaldes”.

Para el buen entendedor pocas palabras. Jesús Ortega, está buscando una alianza con el Partido Acción Nacional en la elección del futuro gobernador de Veracruz pero mañosamente está procurando que sean los liderazgos locales los que den la cara en la toma de tal decisión. El lenguaje utilizado por Ortega en la reunión privada llamando “a no descartar una posible alianza con el PAN” para detener al PRI, al tiempo que dice lo contrario en público, es el lenguaje propio de un político mañoso, oportunista y falto de escrúpulos.

En términos de política real, resulta evidente que Ortega no tiene voz ni voto en la designación del candidato oficial del PAN al cargo de gobernador de aquel Estado. Surge entonces la pregunta sobre ¿cuál es el móvil de tal conducta? Sin duda que en primer lugar busca acomodar algunos “achichincles” de su corriente en puestos públicos, munícipes y tal vez uno que otro diputado para después, en caso de ganar, obligarlos a depositar un determinado porcentaje de su ingreso en las cuentas bancarias de la corriente de los llamados “chuchos”.

En segundo lugar, pero no menos importante, Jesús Ortega busca marcar su territorio como los viejos leones, frente al liderazgo que representa Andrés Manuel López Obrador. Mientras más insiste AMLO en condenar cualquier alianza de los partidos de izquierda con los partidos de la oligarquía como lo son el PRI y el PAN, más se esmera Jesús Ortega en arrastrarse hacia ellos, privilegiando hoy en día al PAN, principal responsable del gran fraude en las elecciones del 2006.

En el caso de Veracruz, todo indica que el candidato de Acción Nacional al gobierno de esa entidad será el Lic. Miguel Ángel Yunes, quien después de una militancia de 30 años en el PRI, renunció a este partido para afiliarse al PAN en Boca del Río, Veracruz, el 15 de junio de 2008. Con su afiliación al PAN y la protección de la profesora Elba Esther Gordillo, Yunes se ha librado de ir a la cárcel como sucedió con su socio Mario Villanueva Madrid.

La clase política veracruzana recuerda como entre 1992 y 1997, el nombre de Yunes fue mencionado por testigos protegidos de la DEA y del AFI, ligándolo a los capos del narcotráfico en Veracruz y Tamaulipas. En ese tiempo se desempeño como Secretario General de Gobierno con Patricio Chirinos.

Las investigaciones avanzaron y para 2002, el director del AFI, Juan Carlos Ventura en oficio confidencial propuso a la SIEDO una reunión especial alegando que Yunes y Chirinos “habían fomentado las actividades del narcotráfico y habían recibido alrededor de 15 millones de dólares”. El caso es que Juan Carlos Ventura fue asesinado el 30 de julio de 2002, después que, según investigaciones de PROCESO, Yunes había sugerido a Ventura que suspendiera sus pesquisas. Sobre este mismo caso, el agente de la DEA , Joaquín Legarreta, adscrito a la embajada de los Estados Unidos llegó a manifestar su molestia por el grado de impunidad de que gozaban Yunes y Chirinos. En enero de 2005, Yunes fue nombrado por Vicente Fox como Subsecretario de Seguridad Pública del Gobierno Federal. ¿De que se trata?, se preguntaba el maestro Jorge Zepeda Peterson en un artículo publicado en enero del mismo año ¿…“acaso como en Colombia –escribió el maestro Zepeda Peterson-, los testaferros del crimen organizado están tomando ya el control del aparato de Estado en México?

Este mismo Miguel Ángel Yunes, virtual candidato del PAN al gobierno de Veracruz, es el que deberá apoyar Jesús Ortega. Es el mismo Yunes que denunció la escritora Lidia Cacho por su presunta participación en una red de pederastas y como encubridor de Jean Succar Kuri, empresario dedicado al tráfico de sexo infantil. Yunes fue mencionado en la investigación al menos por 20 niñas en el proceso seguido en contra de Succar Kuri y se le señala en el expediente de investigación como partícipe de las orgías con niñas en la Villas Solymar de Cancún. Sin embargo la Averiguación Previa 7431/2003 que involucra a Yunes fue congelada por “ordenes superiores”.

En mi caso, como ex director general de capacitación de la Procuraduría General de Justicia del D. F., recuerdo bien la forma en que Yunes se entrometió oficiosamente en la investigación del homicidio, el 7 de junio de 1999, del conductor de televisión Paco Stanley. El asunto estaba en manos de la PGJDF y la PGR y la principal línea de investigación se orientó hacia una narcoejecución que se apoyó entre otros indicios, en la declaración de un preso de nombre Luis Gabriel Valencia López.

Miguel Ángel Yunes, que en ese entonces era Director General de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación, utilizó su puesto para hacer públicos ciertos documentos que eran parte del expediente penal y en su momento se le acusó de haber amenazado al interno Valencia López para que se retractara de sus declaraciones, todo para confundir a la opinión pública y generar la idea de que el gobierno del PRD en el DF era negligente y omiso en el caso Stanley, con lo que seguramente hizo un buen servicio a ciertos personajes del narco. Por lo anterior se inició la Averiguación Previa FSP/613/00-04 en contra de Yunes, pero la PGR la archivó y hasta la fecha aquel expediente permanece congelado.

Sin duda que Ortega tiene memoria de todo lo anterior. Por eso es que su buen animo y disposición para una alianza con candidatos como Yunes y con partidos como el PAN, lo confirman como un político embustero y sin ideología que debe y merece ser expulsado del PRD

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