domingo, 10 de abril de 2011

Las lecciones del peruano Ollanta Humala a la izquierda mexicana - Primera Parte.



Soy de las personas que creen que para probar algo, no solo se debe de tener argumentos lógicos y coherentes, si no que también es necesario basarse en la experiencia. Al mismo tiempo, creo que Andrés Manuel López Obrador puede volver a ganar las elecciones presidenciales en el año 2012.

Cada vez que asevero lo anterior, me encuentro solamente con 2 reacciones extremas: reprobar tajantemente esa idea o aplaudirla efusivamente. Nunca he conversado con una persona que tenga una opinión moderada sobre el tema. La posible o imposible victoria de AMLO en 2012 genera opiniones radicalmente opuestas. Y cuando debato el tema, me encuentro en el escenario de que todo lo expresado son conjeturas, ideas enlazadas con base en prejuicios personales. Al no tener un antecedente similar en México al de la figura de López Obrador, no se puede recurrir a la historia nacional para tomar una posición.

A pesar de ello, el convencimiento de los que aseguran que Andrés Manuel perderá las elecciones del próximo año, se basa en hechos concretos. Se arguyen muchas razones, pero la que es más frecuente escuchar es la que hace referencia al plantón del Paseo de la Reforma, en el que después de las elecciones del 2 de Julio de 2006, López Obrador instaló un campamento a lo largo de la principal vialidad de la capital del país. Los "antipejistas" afirman que esa acción, sumada a su mera figura y discurso, acabó políticamente con el político tabasqueño. Los menos recalcitrantes, sostienen que si no lo borró del escenario electoral, si provocó que para 2012 su victoria esté descartada. A ellos solo tengo algo que decir: Tienen mucha razón.

No creo que AMLO tenga nulas posibilidades de ganar el próximo año, pero estoy conciente que el plantón le restó mucha fuerza a su movimiento. Más allá de que si la acción era vista en ese momento como la única capaz de mantener viva la resistencia contra el fraude electoral, los resultados negativos sobre la figura de Andrés Manuel son reales. Sin embargo, si esto es suficiente para decir que AMLO perderá, entonces se podría contestar que como las propuestas de "El Peje" son las más aceptadas, nomás por ello ganará. Ambas posiciones se basan en conjeturas que al final no clarifican el escenario del obradorismo en Julio del 2012, ya que no se cuenta con un ejemplo parecido que pueda sentar precedente... al menos en México. Lo que pretendo con esta entrada, es intentar probar que AMLO puede ganar, basándome en la experiencia del ganador de las primeras vueltas electorales en 2006 y 2011 en Perú: Ollanta Humala.

México y Perú tienen grandes similitudes. Antes de la llegada de Colón a las Bahamas, fueron cunas de grandes civilizaciones, como la Azteca y la Maya en México, o como la Inca en el Perú. Los 2 países están orgullosos por su cultura, tienen muchos recursos naturales y una impresionante biodiversidad. Pero al mismo tiempo, tienen una enorme cantidad de pobres y una profunda desigualdad social. Las similitudes son tantas que los dos líderes históricos de su respectiva izquierda (Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en México y Víctor Raúl Haya de la Torre en Perú) han ganado las elecciones presidenciales, sin embargo sufrieron fraude electoral. Pero la semejanza en la que este artículo se centra, es sobre la existente entre Andrés Manuel López Obrador y Ollanta Moisés Humala Tasso.

Pero antes tenemos que hacer un poco de historia. ¿Quién es Ollanta Humala?

El Comandante Humala, es un militar retirado que en el año 2000 intentó derrocar al moribundo gobierno de Alberto Fujimori, cuyo régimen se caracterizó por su acendrado neoliberalismo y por haber derrotado a los grupos guerrilleros "Sendero Luminoso" y "MRTA", con violaciones de derechos humanos en el proceso. La revuelta de Humala fué acallada rápidamente y él enviado a la cárcel, pero al caer Fujimori, fué amnistiado por el Presidente Interino, Valentín Paniagua. En 2001, estudió una Maestría en Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Para el año 2003, el nuevo Presidente, Alejandro Toledo, lo envió como agregado militar de la Embajada Peruana a París, Francia, y posteriormente, a Seúl, Corea del Sur. Sin embargo, en 2004 fué pasado al retiro. A partir de entonces, comienza la meteórica carrera política de Ollanta Humala. En 2005, regresa a Perú y funda al "Partido Nacionalista Peruano" (PNP), que por ser creado un año antes de las elecciones presidenciales de 2006 no podía competir en la elección de acuerdo con la ley. Es entonces cuando el partido de centro-izquierda "Unión por el Perú" (UPP) lo invita a ser su candidato presidencial y a elaborar una lista de candidatos comunes para el Congreso Nacional, formada por miembros del UPP y el Partido Nacionalista. El UPP fué fundado en 1994 por el ex Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, quién postuló a la Presidencia en 1995, pero fué derrotado por "El Chino" Fujimori. Después de la elección, UPP perdió notoriedad y disminuyeron drásticamente sus votos. Pero en 2006, gracias a la popularidad de Humala, UPP regresó a los primeros planos de la política peruana, al convertirse en el partido con la bancada parlamentaria más amplia (43 Diputados de 130). Por otro lado, Ollanta ganó la 1era vuelta electoral con el 30% de los votos válidos. En 2do lugar, con 24% quedó ubicado el ex presidente Alan García, candidato del Partido Aprista Peruano, de innegable raigambre popular y fundado en la década de 1920. Lourdes Flores, del Partido Popular Cristiano, obtuvo 23%, quedando casi empatada con el candidato aprista. Para la 2da vuelta, Ollanta fué blanco de una campaña agresiva, de una guerra sucia feroz en la que se le atacaba de querer implantar un gobierno como el de Hugo Chávez de Venezuela. A pesar de que el primer gobierno de Alan García (1985-1990) es considerado por muchos peruanos como "el peor de toda la historia" por la altísima inflación y el fortalecimiento de la guerrilla, Ollanta Humala no ganó la 2da Vuelta Electoral. Alan García fué respaldado por las grandes trasnacionales, traicionando los principios anti imperialistas de su partido, lo que lo llevó a ganar la elección con un 52.5% de los sufragios, mientras Ollanta se quedaba en la orilla con un 47.5%. La campaña negativa en su contra fué efectiva, a pesar de que al inicio de la 2da vuelta encabezaba todos los sondeos.

Sin embargo, las malas noticias para Ollanta no pararon. Después de la instalación del Congreso y la asunción de Alan García, UPP renegó de su figura y los líderes del partido afirmaron que "aliarse a Ollanta fué lo peor que pudieron haber hecho". La bancada UPP-PNP se dividió y el fin del nacionalismo se anunció por todas partes. No conforme con ello, los medios de comunicación recrudecieron su campaña mediática contra Humala a pesar de que la elección ya había terminado, aislándolo cada vez más de la política nacional. Para el año 2007, el escenario era terrible: Vetado de las televisoras, repudiado por más del 60% de la población, sin cargo público alguno y al frente de un naciente partido cuya representación legislativa había sido severamente disminuida, la figura de Ollanta Humala se encontraba al borde de la desaparición.

5 años después, a pesar de tener todo en contra, Ollanta volvió a ganar la 1era Vuelta Electoral, con más votos y mayor porcentaje que en 2006. ¿Que fué lo que hizo? Eso se verá en la 2da parte de esta entrega.

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