sábado, 10 de abril de 2010

10 de Abril de 1919. El día que la Revolución murió.



Hace 91 años, fue asesinado a traición el Caudillo del Sur, el Padre del Movimiento Agrario, el Ideólogo del Ejido, el General Emiliano Zapata. Muerto a manos de militares cuyo único propósito fue enriquecerse con el usufructo de la lucha, la muerte del General Zapata representó el fin de la Revolución Mexicana. Zapata fue un verdadero revolucionario, ya que su lucha no era para conseguir poder ni riquezas, si no para llevar la justicia a todos los campesinos pobres de México. El otro mexicano contemporáneo al General digno de ser llamado revolucionario, Ricardo Flores Magón, fue asesinado en 1915. Al morir Zapata, la llama de la Revolución se apagó, ya que Francisco Villa se fue eclipsando cada vez mas. Sin embargo, a pesar de no haber logrado triunfar militarmente, su influencia en la Constitución del 5 de Febrero de 1917 es innegable. El artículo 27 de la Constitución está inspirado en el Plan de Ayala, la bandera política del General. Además, su ejemplo es el faro que ilumina el camino de los movimientos agrarios en nuestro país. En América Latina, su figura ha sido equiparada a la del Dr. Ernesto "Che" Guevara, ya que Zapata, al igual que el "Che", murió luchando por un mundo mejor.

Este año 2010, será el Centenario de la Revolución. Este año, habrá un cambio profundo en nuestra sociedad. Es un sentimiento general en todos los mexicanos. Estoy seguro que este 2010, Zapata volverá en el corazón de los que lucharán por hacer triunfar la Revolución. Por eso y mucho más ¡Zapata vive, la lucha sigue!

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