En la entrada pasada, se concluyó planteando el escenario desolador al que se enfrentaba el Comandante Ollanta Moisés Humala Tasso después de haber perdido la 2da Vuelta Electoral en Perú en el año 2006. Los medios de comunicación, impresos y digitales, continuaron con la campaña negativa en contra de Humala, incluso con más odio que en 2006 donde varios periodistas llamaron abiertamente a votar en contra del "chavista". La coalición con el partido de centro-izquierda UPP se rompió, sus dirigentes se arrepintieron publicamente de haber apoyado a Ollanta y llamaron a los congresistas electos de la alianza UPP-Partido Nacionalista Peruano (el partido de Humala) a abandonar al Comandante e integrarse como bancada representativa solamente de UPP, esto con el fin de tomar el papel de una "izquierda moderna y moderada". De ser la principal fuerza en el Congreso con 45 curules de un total de 130, 23 Diputados decidieron mantenerse en el PNP. Todos estos factores hicieron que, a mediados de 2007, el porcentaje de peruanos que se expresaban negativamente sobre Ollanta rebasara el 60%, es decir, si Ollanta decidía volverse a postular en 2011, tendría un antivoto inmenso que lo colocaba fuera de cualquier posibilidad de siquiera pasar nuevamente a la 2da vuelta electoral.
Ante la realidad tan poco alentadora que vivía Humala en esas fechas, es necesario anotar el por qué su figura generaba tanto rechazo. El simple hecho de ser militar es un lastre si se quiere convencer a cierto sector de la sociedad; al ser el candidato "más a la izquierda" del electorado fué inmediatamente comparado con Fidel Castro y Evo Morales. En Perú decirle a alguien que es de izquierda es equivalente en México a etiquetar a cierta persona como comunista, con todas las repercusiones que eso lleva. Además, el defender la soberanía del Estado sobre los recursos naturales, proponer cambiar el modelo económico neoliberal y derogar la Constitución de 1993 propuesta por Alberto Fujimori, generó pánico entre los estratos conservadores del Perú. Por otro lado, al proclamar abiertamente que los medios de comunicación operaban sin el cumplimiento de la ley, el cuál les exige ser verídicos en sus contenidos, se ganó el odio de los magnates de la comunicación, e incluso afirmaron que de ser Ollanta electo como Presidente, este eliminaría la libertad de expresión y de prensa. Sumado a lo anterior, tal vez envalentonado por el triunfo de la izquierda en casi toda Sudamérica, Humala admitió ser simpatizante del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez. A pesar de que el afirmó en reiteradas ocasiones estar en contra de la reelección indefinida y del modelo económico de Venezuela, la declaración que hizo y la foto con Chávez del año 2005, lo condujeron a una apretada derrota en la 2da vuelta, con las consecuencias ya mencionadas.
A pesar de todo lo calumniado que había sido, lo primero que Ollanta decidió fué no retirarse de la política. Desde el 2007, se dedicó a recorrer el Perú, a conocer sus más recónditas poblaciones y observar directamente sus carencias. Durante ese peregrinar, Humala sumaba a más gente al Partido Nacionalista y contactaba con fieles seguidores que, aunque desanimados, seguían confiando en su persona. En el Congreso, los Diputados Nacionalistas actuaron consecuentemente con sus principios y votaron en contra de cualquier medida que consistiera en entregar al extranjero los recursos naturales de Perú. El gobierno de Alan García respaldó las prácticas de las empresas gaseras, que vendían el gas más barato a los chilenos que a los mismos peruanos. Simultáneamente, se promovía la inversión extranjera con entusiasmo, aunque la única que llegaba a Perú era de carácter extractivo, mineras con meras intenciones de enriquecerse pero sin pensar en ayudar a los peruanos. Este modelo neoliberal provocó que Perú creciera a una tasa promedio de 6% durante los primeros 4 años de gobierno de Alan García. El modelo logró sacar a muchas personas de la pobreza, pero los que no lo hicieron, cada vez se empobrecían más y las desigualdades sociales eran acentuadas de manera acelerada. No conforme con ello, la delincuencia comenzó a crecer constantemente, teniendo como resultado que Perú sea el principal productor de cocaína en todo el planeta. Por si esto no fuera suficiente, la Presidencia de Alan García se vió manchada por acusaciones de corrupción. Pero a pesar de todas esas cosas, el antivoto contra Humala seguía siendo numeroso, mientras que la cantidad de peruanos que en las encuestas manifestaban su deseo de ver a Ollanta como Presidente se reducía conforme pasaba el tiempo.
Partiendo del punto de que no bastaba para ganar la Presidencia con organizar a sus seguidores en el Partido Nacionalista Peruano, Humala salió al mundo. De 2007 a 2010, viajó a Europa, donde se encontró con la comunidad peruana de Madrid, España e intercambió puntos de vista e inquietudes. Además, se alejó de Hugo Chávez y se acercó al entonces Presidente de Brasil, Lula da Silva, inscribiendo a su partido, el PNP, en el Foro de Sao Paulo creado por Lula en 1991, organización que agrupa a diversos partidos de izquierda de América Latina. Dicho aproximamiento fué tal, que Ollanta acompañó a Lula en los festejos por el triunfo de la candidata del Partido de los Trabajadores, el partido en el gobierno, Dilma Rousseff, en las elecciones presidenciales de 2010. Pero esto no fué todo: Ollanta dejó de usar la usual playera roja, relacionada con Chávez, y comenzó a portar con mayor frecuencia saco y corbata. Este cambio de imagen le permitió participar en actos con empresarios, en el cual les expresaba que su proyecto "nacionalista" no se oponía a la existencia de la propiedad privada y el mercado. Y aún así, Ollanta se ubicaba en las últimas posiciones de las encuestas electorales. Parecía ser que sus mejores tiempos habían pasado.
Fué así como llegó finalmente al año 2011. Consolidado su partido, el PNP, pero sin ocupar casi cargos públicos, cohesionada su bancada y un deseo sincero de enmendar los errores de 5 años antes, Ollanta Humala se volvió a postular para la Presidencia de Perú. En esta ocasión, había logrado alianzas con partidos meramente testimoniales de la izquierda extra parlamentaria, elaborando una lista de candidatos al Congreso donde figuraban sindicalistas, ecologistas, académicos, líderes sociales, diputados nacionalistas aspirantes a la reelección e incluso marxistas que en 2006 hablaron pestes de Ollanta. A dicha coalición se le denominó "Gana Perú". Pero aún así, la campaña no pintaba nada bien en Enero de este año: Ollanta apenas poseía el 9% de las intenciones de voto.
Sin embargo, por esas mismas fechas, se publicó una encuesta de la Universidad Católica que arrojó datos profundamente interesantes: A pesar del crecimiento económico, el 77% de los peruanos quería algún tipo de cambio en el modelo, y 36% pedía cambios radicales. Pocos fueron los que analizaron estos datos con la atención que merecían. El APRA, el partido en el gobierno, al defender el modelo neoliberal, podía aspirar a tener el 23% de los votos, ya que solamente ese porcentaje deseaba mantener el neoliberalismo vigente. Los candidatos opositores, se pelearían ese 77% del electorado que deseaba algún cambio. Para sorpresa de todos, la candidata del APRA, la ex Ministra de Economía Mercedes Araoz, declinó su candidatura por no estar de acuerdo con la lista de candidatos a Congresistas que presentó el Partido Aprista, ya que se incluía a políticos acusados de corrupción. De esta manera, el voto de los conformes con el gobierno se dividió entre la oposición, lo que provocó que las diferencias entre los 4 candidatos primeros en las encuestas fueran muy chicas, como lo eran en sus planes de gobierno. Ollanta Humala, que se ubicaba en 5to lugar, era descartado por todos los analistas de los grandes medios de comunicación. Sin embargo, el Diario "La Primera" publicó un análisis donde se afirmaba que 0llanta pasaría en 1er lugar nuevamente a la 2da vuelta electoral. Tomando en cuenta que el 36% de los peruanos querían cambios radicales en el modelo económico, y que solamente Humala era el que planteaba modificar el modelo, su potencial de votos era ese 36% de inconformes, que de apoyarlo, lo pondrían en 1er lugar.
Fué así como convencido de esa situación, Ollanta comenzó una campaña alegre, intensa, de volver a recorrer todo el país. A diferencia de hace 5 años, ahora hablaba más de propuestas concretas, como "Pensión 65" para todos los adultos mayores de esa edad, elevar el salario mínimo, guarderías gratuitas para madres solteras en "Cuna Más", atención médica inmediata con el "SAMU", diversificar la economía apoyando con créditos a los emprendedores nacionales y creando un impuesto a las sobreganancias mineras. Además, era el candidato que más hacía énfasis en castigar la corrupción, proponiendo la imprescriptibilidad de ese delito; por otro lado, proponía crear un servicio policíal voluntario para combatir a la delincuencia. Todas esas ideas lo hicieron crecer a un 12% en las encuestas de Febrero, pero eso no era suficiente. Fué entonces cuando se dió a conocer la noticia que marcaría la campaña: Wikileaks reveló que funcionarios del gobierno del entonces presidente y ahora candidato a la reelección, Alejandro Toledo, y Ministros del gobierno de Alan García, habían solicitado en 2006 a la Embajada de los Estados Unidos que operara para impedir que Ollanta ganara las elecciones presidenciales de ese año. Toledo, que se ubicaba en 1er lugar en las encuestas, comenzó a caer, al comprobarse que las denuncias de intervencionismo estadounidense que hacía Humala eran verdaderas. Ollanta alcanzó entonces el 14%, casi empatado en el 4to lugar con el ex Alcalde de Lima, Luis Castañeda, que tenía 15% de apoyo. Aún así, Ollanta afirmó que las encuestas no reflejaban la realidad de las cosas, que el en los pueblos que recorría observaba como el apoyo a su persona crecía rápidamente y que por ello estaba seguro de ganar.
Para Marzo, la campaña electoral se convirtió en una guerra sucia entre los 4 punteros: Se acusó a Toledo de gastar presupuesto público durante su gobierno en comprar whiskey para sus parrandas en el avión presidencial y de consumir cocaína; a Castañeda se le denunció por corrupción durante su período como Alcalde de la Capital; Keiko Fujimori, la hija del expresidente Alberto Fujimori, se le reprochó que su educación en Estados Unidos fué pagada con presupuesto público y de querer sacar de la cárcel a su padre; a Pedro Pablo Kuczinsky (PPK), Ministro de Economía con Toledo, se le cuestionó el por qué no renunciaba a su doble nacionalidad estadounidense y se dudó de su integridad como Presidente al haber sido asesor de empresas internacionales. Pero todos ellos compartían algo: Tener parejas extranjeras. Toledo casado con una belga, PPK con una estadounidense, al igual que Keiko con un norteamericano, mientras que Castañeda tenía como pareja a una ecuatoriana. De ganar cualquiera de los 4, la Primera Dama (o Primer Caballero) sería extranjero nuevamente. Desde 1990, era extranjera la Primera Dama de Perú; la esposa de Fujimori era japonesa, la de Toledo belga y la del actual Presidente, Alan García, era argentina.
En medio de todas esas descalificaciones personales, la figura de Ollanta creció aceleradamente: Casado desde hace 14 años con la nacida en Lima Nadine Heredia, de apenas 34 años (Ollanta tiene 48), padre de 2 niñas y de un niño nacido en diciembre, su familia era el prototipo de la familia peruana. La imagen de militar duro que tenían los peruanos sobre Ollanta, comenzó a suavizarse al conocer su faceta como padre de familia. Pero sobre todo, el no tener acusaciones sobre corrupción ni ligas con criminales, lo diferenció del resto de los candidatos. Para esas fechas, todas las encuestadoras anunciaron algo increíble: el antivoto de Humala había disminuido radicalmente. De ser rechazado por el 60% de los electores en 2007, ahora el porcentaje era de 27%, igual que el de Keiko Fujimori. Cada vez menos peruanos tenían una opinión negativa de Ollanta.
Pero todos esos factores (propuestas aceptadas por la población, integridad personal y deseo de cambio de gran parte de la gente) no hacían que Humala subiera al primer lugar de las encuestas. Faltaba algo, que al final brilló por grandeza: su eficiente comunicación. Reconocido por todos los analistas, sus spots de campaña fueron los mejores, ya que no solo se apelaba al sentimiento de cambio de los peruanos, si no que también se argumentaba el por qué era necesario cambiar. Ollanta tocó el tema de los 500 niños muertos de frío en la sierra durante 2010, diciendo que ningún funcionario público fué despedido por ello, cuando debería de ser ese dato causa de verguenza para todo el país. Dijo que si bien Perú había crecido, el crecimiento económico solo lo habían disfrutado muy pocos, cuando debería de ser vivido por todos los peruanos. Y su lema, "Honestidad para hacer la diferencia", clarificaba que solo con un Presidente honesto Perú podría cambiar, y que el era ese Presidente.
Para finales de Marzo, las encuestas por fin lo colocaron en 1er lugar, en un rango que oscilaba entre el 23 y el 28% de apoyo, dependiendo de la encuestadora. Con ese ritmo ascendente se llegó al día de la elección, 10 de Abril, con resultados impresionantes: Ollanta Humala obtuvo el 32% de los votos, seguido de Keiko Fujimori con 23%. PPK se estancó en el 19%, Toledo con 15% y Castañeda con solamente 10%. El milagro había ocurrido, Ollanta no solo pasó nuevamente a 2da vuelta, si no que otra vez lo hizo en primer lugar. En 2006, había recibido 3,758,258 votos, ahora lo apoyaban 4,415,836 peruanos. También en el Congreso su partido aumentó su fuerza, por que de ganar 45 curules en 2006 en la alianza UPP-PNP, el Partido Nacionalista Peruano en 2011 alcanzaba 49 Diputaciones.
La 2da Vuelta Electoral se llevará a cabo el Domingo 5 de Junio. Es probable que Keiko Fujimori derrote a Humala, ya que a ella la respaldarán los grandes intereses económicos y los candidatos Luis Castañeda y Pedro Pablo Kuczinsky,además de que posee una importante presencia en el sector denominado "popular". Ollanta puede ganar si continúa con su mensaje de cambio incluyente, demostrando que su plan de gobierno no frenará el crecimiento económico que vive Perú, si no que lo consolidará. Además, el rechazo al Fujimorismo que encarna Keiko es mayor que el que existe hacia el nacionalismo, hasta Mario Vargas Llosa confesó que estaría considerando votar por Ollanta pero nunca por Keiko. Aunque perdiera la 2da vuelta, los resultados de la elección son un éxito rotundo para Humala. El hecho de tener más apoyo a pesar de toda la campaña sucia mediática de la que ha sido víctima desde 2006, refleja que las razones, la autoridad moral y claro, una buena comunicación, pueden acabar con los miedos provocados entre la gente por los poderes fácticos.
Concluyo diciendo que el 2do triunfo en Primera Vuelta de Ollanta Humala prueba que López Obrador tiene posibilidades reales de alcanzar la victoria electoral en 2012. Los 2 fueron linchados mediáticamente en 2006, lo que generó un rechazo profundo a sus personas. Ambos cometieron errores garrafales, como tomarse una foto con Hugo Chávez o bloquear el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, fueron boicoteados por sus antiguos aliados (UPP renegó de Humala y la directiva del centro-izquierdista Partido de la Revolución Democrática acusa a AMLO de ser autoritario), mientras que todas las encuestas los ubicaban/ubican lejos de alcanzar la Presidencia (Ollanta estaba en 5to a inicio de la campaña, AMLO está en 2do). Pero así como los 2 cometieron errores, también tienen aciertos: Ollanta prefirió crear un partido nuevo, el PNP, que insistir en su alianza con UPP con el fin de sumar gente que no cree en los partidos tradicionales, AMLO ha preferido consolidar el Movimiento de Regeneración Nacional que rescatar al PRD; Humala se puso traje y corbata y se acercó a los empresarios, López Obrador ha comenzado a platicar con ese sector; Ollanta presentó un Proyecto de Nación fruto de consultas en todo el país, Andrés Manuel acaba de presentar su Nuevo Proyecto de Nación. Lo que le falta a AMLO es algo que Humala hizo muy claro: Desmarcarse de Hugo Chávez y mejorar su comunicación. El Comandante Ollanta nunca calificó a Chávez de dictador o demócrata, argumentando que el no es nadie para opinar sobre asuntos internos de otro país, pero si dijo que el modelo venezolano no es aplicable a Perú, cosa que López Obrador no ha hecho. En la difusión, Ollanta dió a conocer su figura como padre de familia y de político incorruptible, explicó su programa de gobierno y se esmeró en crear la imagen de que solamente el podría acabar con la inseguridad y disminuir las desigualdades sociales. AMLO tiene todas las cualidades que Humala le dió a conocer a los peruanos, pero debe de hacerlo con mejor difusión. Desde hace 1 año, publicó el periódico de su Movimiento, "Regeneración" y publica videos semanales en Youtube, pero no es suficiente. Eso si, han mejorado con respecto a 2006 sus mensajes.
Para finalizar este artículo, creo que es necesario decir que pasó con el partido de centro-izquierda "Unión por el Perú". Después de romper con Ollanta, UPP decidió apoyar a la alianza "Solidaridad Nacional" de Luis Castañeda, ex Alcalde de Lima, la capital de Perú. Para su mala suerte, Castañeda solamente obtuvo un 10% de los votos y quedó en 5to lugar. Un resultado similar le espera al PRD si su directiva no apoya a López Obrador. ¿Mi pronóstico para la 2da vuelta en Perú? El Comandante Ollanta le gana a Keiko con más del 58% de los votos. Ya lo verán.