viernes, 12 de marzo de 2010
PERIPLO POR PEPE MUJICA. EPÍLOGO.
Uruguay se ha sumado a la corriente de gobiernos progresistas que buscan hacer posible el sueño de Bolívar, Juárez, Martí, el Che Guevara y miles de latinoamericanos que han dado su vida por el ideal de la unidad de nuestros pueblos, con el fin de conquistar la independencia, soberanía, justicia social y libertad tantas veces escamoteadas por el poderío imperialista.
El Frente Amplio, de Uruguay, tiene casi 40 años forjando la unidad de la izquierda y de su pueblo, lo cual le ha permitido avanzar al segundo gobierno nacional, ahora encabezado por el compañero José Mujica; y consolidar su fuerza en el Senado, encabezado por su presidenta la compañera Lucía Topolansky.
Mujica y Topolansky tienen su origen en el Movimiento de Liberación Nacional “Tupamaro”. Eso significa, entre otras cosas, que los movimientos guerrilleros, surgidos de las entrañas del pueblo, no sólo aportaron ideas, principios, banderas, acciones de resistencia, mártires y cuadros políticos, intelectuales y artistas, sino que ahora han logrado estar histórica y simbólicamente representados en las más altas esferas del gobierno.
La cultura de la izquierda, en Uruguay, ha permeado a todas las clases y capas de la sociedad uruguaya, principalmente a los de abajo. Alfredo Zitarrosa, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Daniel Viglietti, y miles más, están orgánicamente implantados en la cultura popular y son parte de su fortaleza.
La izquierda mexicana, indiscutiblemente, va a transitar su propio camino. Pero bien haría en voltear sus ojos hacia América Latina y tomar como ejemplos a las mejores experiencias de los pueblos hermanos. De la misma manera, nuestra izquierda debe rescatar su memoria histórica, como condición sine qua non para evitar caer en los mismos errores; por eso, debe dar pasos firmes y realizar acciones concretas en esa dirección.
La cultura popular y de la izquierda en México, es rica y vasta; desgraciadamente, la izquierda política se ha divorciado en gran medida de ella, enfrascada como está en los procesos electorales y en acciones burocráticas de los gobiernos locales. Es urgente e indispensable que se exploten al máximo los frutos de la cultura popular y de izquierda, para acompañar al pueblo en sus luchas legítimas por la democracia y la liberación definitiva.
Es preciso fortalecer los comités mexicanos de amistad y solidaridad con los pueblos hermanos de Latinoamérica. En las últimas décadas, se han vivido las experiencias de estos comités con Cuba, Chile, Nicaragua, El Salvador, Bolivia y otros. Hoy, urge fortalecer nuestra amistad y solidaridad con el pueblo uruguayo, principalmente para que nuestro pueblo esté informado de la historia, y las conquistas y avances que han logrado los Orientales.
Escribo este Epílogo, hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, antes de acudir al evento que se desarrollará en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, a las 4 pm, titulado “De Niñas a Guerrilleras”. Dejo aquí mi admiración y reconocimiento a nuestras guerrilleras mexicanas, de todos los tiempos y épocas, particularmente a las que participarán con sus testimonios, esta tarde. Y envío una emotiva felicitación a las legendarias Tupamaras uruguayas, especialmente a la senadora Lucía Topolansky y a Graciela García.
Atte.
Profr. José Luis Alonso Vargas
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