viernes, 5 de marzo de 2010

PERIPLO POR PEPE MUJICA. QUINTA PARTE.



V

Este Primero de Marzo salí a la calle con un sol esplendoroso. Un sol que brillaba arriba, abajo y a los lados, en medio del pueblo movilizado hacia la Plaza Independencia, con las banderas desplegadas, acariciadas por el viento.

El desayuno fue como todos los días, con la diferencia de que hoy me tocó una mesa de seis sillas. En la silla más lejana se sentó un joven con cara de artista o intelectual. Luego llegaron tres compañeras de la segunda edad, en el límite de la tercera. Empezaron los comentarios y no pude evitar mi intervención. Les dije cómo concluyó el discurso de Tabaré, anoche. Luego me llovieron las preguntas: ¿eres mexicano?, ¿qué piensas del movimiento zapatista?, ¿tienen problemas de unidad en la izquierda, como nosotros, en Argentina?, ¿eres invitado especial?

Les decía que el sol brillaba con evidente alegría. Pasé al cajero automático contagiado de sol y salí con la felicidad dibujada en mi cara, en mi pelo, en mis pasos apurados hacia las oficinas del Frente Amplio. El ISSSTE me depositó puntualmente mi mensualidad y se acabaron mis preocupaciones económicas. Hoy podré comer una sopa calientita de lo que sea; y una ensalada, y un pescado; tal vez lo acompañe con un vinito tinto, por recomendación de mi veterinario.

Con ese optimismo llegué a Ejido y Colonia, a las oficinas del FA. En la banqueta me encontré a Ortega y me preguntó porque ayer no le comenté nada de mi crisis económica. Por pena, le dije. Recoge tu acreditación y aquí nos vemos, me dijo.

Mi sobre de invitado especial y mi acreditación para entrar a los eventos ya estaba lista. Firmé, agradecí y salí, junto con Eliana y la María Tegui, que en realidad se llama Claudia. Afuera, René Arce, Ortega y otras compañeras hacían planes de qué hacer antes del evento. Jesús me entregó discretamente unos billetes, en solidaridad; y acompañé a René hasta la 18 de julio. Arce hablaba de la compra de inmuebles en Punta del Este, por brasileños y argentinos, a precios millonarios. Ayer anduvieron por allá él y Jesús. Y según mi programa, otra vez me perderé de conocer esas famosas playas pues debo irme a Buenos Aires, aunque sea por dos días y medio.

Desde la 1:30, siguiendo disciplinadamente las indicaciones, me presenté en la Plaza Independencia. Había cientos de frenteamplistas con banderas multicolores, pero el lugar del evento estaba acordonado y no se podía pasar, todavía. Hasta las 4, me dijo un guardia. Así que busqué un lugar para comer, como la gente. Nomás me di la vuelta y ahí estaba el Plaza Bar.Com: pescado abadejo (220 pesos) y una copa de vino (50), fue el desquite por tantos días de hamburguesas y panchos.

En la tele estaban pasando en vivo y en directo el acto oficial en el Congreso. Llegaron dos compañeros con cara de decentes y como no había ni un lugar les ofrecí mi mesa. Resultaron conocidos. Anoche, me dijeron, te vimos con Ariel. Eran sindicalistas, argentinos de izquierda, por supuesto. Y así estuvimos, más de una hora comiendo y conversando como viejos amigos. Ellos no estaban invitados y llegada la hora, pues tuve que dejarlos.

De nuevo madrugué, pues mucho antes de las 4 ya estaba en plena entrada. También estaban las amistades argentinas de ante noche, así que nos tiramos en el césped y comentamos de todo lo que se nos ocurría. Poco antes de las 4 nos dejaron pasar a las filas de invitados especiales. Y desde ahí presenciamos el protocolo de entrega de la banda presidencial y el nombramiento oficial de Pepe y de todo su gabinete. Atrás de nosotros estaban miles de uruguayos colmando el resto de la Plaza y las calles aledañas. Coreando consignas y cantando lo suyo. Cuando Pepe se dispuso a recibir el saludo de las Fuerzas Armadas y Policiales, el coro subió de tono y se escuchó claramente: al poder al poder un Tupamaro al poder; se va a acabar se va a acabar la impunidad en Uruguay.

El discurso de Pepe fue apoteósico, impresionante, por coloquial, de nuevo, con voz de abajo, con sabiduría de pueblo, con fuerza de guerrillero, con poesía de amante de la igualdad y de la libertad. Hay que buscarlo en google, completo, por ahí debe estar. No apunté nada por la emoción. Ni grabé, ni video grabé, pues aun no aprendo los secretos del invento del hombre blanco que ando estrenando. Pero está claro que esto es inédito. Pepe bajó del pedestal y recibió a todos los que quisieron saludarlo y felicitarlo. No había guaruras para impedirlo. Así que me formé y entre apretones logré llegar a él y a Lucía. Les entregué la carta con 70 firmas, 20 de ex guerrilleros y 50 de civiles, de la izquierda mexicana. Los dos me agradecieron ese gesto y yo me retiré flotando, entre las nubes de la victoria de nuestros maestros.

Podría seguirle, pero la fiesta está en grande, allá en la Plaza. Yo salí tan sólo para comprar agua y me encontré este Cyber. Así que les debo la crónica de lo que viene, esta noche. Pero leí que a alguien le pica la curiosidad de saber como termina esta historia. Por eso me apresuré a darle otra probadita. Y decirle que estoy vendiendo mi libro de Memorias (200) y mi CD (100), para seguir cumpliendo con este cometido. Lo pueden depositar en el HSBC, a mi nombre, cuenta Nº 6166137225. Soy el embajador de mis amigos y camaradas, según leí ahora en un mensaje que agradezco. Hasta Siempre!

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